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El miedo es una respuesta normal y adaptativa ante amenazas reales o imaginarias que prepara al organismo para reaccionar ante una situación de peligro. Cuando se experimenta ansiedad ante estímulos específicos (avión, serpientes, ascensor) se habla de miedos o temores.

Miedos normales en la infancia:

De 0 a 6 meses de edad. El niño puede tener miedo a perder la base de la sustentación, el soporte o el equilibrio en el espacio, y a los ruidos fuertes, intensos y desconocidos.

De los 6 meses a los 2 años. Es característico tener miedo a los extraños, sean personas u objetos: el miedo a los desconocidos, a ser abandonado, a ciertos objetos, a lugares no comunes.

De los 2-4 años. Puede aparecer el miedo a los animales, a la oscuridad, a los ruidos fuertes provocados por truenos o tormentas.

De los 4-6 años. Se mantiene el miedo a los animales, a la oscuridad y a los ruidos fuertes, disminuye el miedo a los extraños pero surge el miedo a las catástrofes y a los seres imaginarios (brujas, fantasmas, monstruos, etc.).

Hasta los 12 años: La preocupación por temas relacionados con la escuela (mal rendimiento escolar), la familia (posibles conflictos entre los padres), los accidentes y las enfermedades puede ser normal. A estas edades suele ser común el miedo a la muerte, a la desaparición de los seres queridos, el miedo a los accidentes, a los incendios..

Los trastornos de ansiedad

Sin embargo, cuando esos miedos persisten en el tiempo, causan malestar en el niño o impiden su desarrollo normal reciben el nombre de trastornos de ansiedad y pueden ser objeto de atención psicológica.

Los más frecuentes son la ansiedad de separación, las fobias específicas, la fobia escolar, la fobia social, el trastorno de ansiedad generalizada y el trastorno obsesivo-compulsivo.

Miedo-a-la-oscuridad-Consejos-para-que-los-niños-lo-superenQue podemos hacer los padres cuando nuestros hijos nos expresan algún miedo o ansiedad:

Reconocer que el niño esta asustado. Pregúntale sobre lo que tiene miedo y trata de entenderle .

No ignorar ni minimizar el miedo. No decirle “no seas tonto, ya eres mayor, los niños no lloran, como vas a tener miedo a (las arañas, el colegio, los truenos, la noche…)”

No forzarle a enfrentarse al miedo. Si tiene miedo a la oscuridad, mejor deje la luz del pasillo encendida hasta que se duerma;

No enseñarle a temerle a las cosas. Si somos sobreprotectores, el niño piensa que algo malo puede pasar cuando mis padres me protegen tanto.

Preparar al niño para experiencias nuevas. Antes de entrar en una situación nueva contarle cómo va a ser con el mayor detalle posible. También se puede leer un libro con el niño sobre la situación que origina el miedo (insectos, aviones…)