¿Cómo enseñar a nuestros hijos a ser felices? Es una pregunta que muchos padres nos hacemos. Conseguir que nuestros hijos sean niños felices es una de las principales metas que tenemos como padres, aunque no siempre es fácil conseguirlo. Tener a un hijo feliz debe ser el propósito de los padres así como de los profesores y de toda la sociedad. ¿Es tu hijo feliz?
Como padres debemos fomentar la gratitud, la amabilidad, el trabajo en equipo, la comunicación, integridad, y realizar actividades con ellos.
Hay algunas claves que pueden realizarse para que nuestros hijos aprendan a ser felices
Enséñalos a ser amables. Cuando los niños son amables experimentan más satisfacción y energía, son más cariñosos y agradables, y gozan de aceptación social.
Enséñalos a ser agradecidos. Cuando nuestros hijos desarrollan la actitud de reconocimiento y gratitud hacia las cosas que poseen entienden lo habitual como un regalo, lo cual favorece la estabilidad mental y enriquece su crecimiento en el entorno familiar. Aprenden a valoran más lo que tienen y a su entorno.
Enséñalos a ser positivos. Los niños educados en un entorno positivo son más seguros y creen más en sí mismos. Tienen mayor control de su mente y suelen ser generosos, persistentes y responsables, se deprimen menos y tienden a ser enormemente apreciadas en sus círculos sociales debido a la empatía y energía que genera esta actitud.
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No los etiquetes. Las etiquetas limitan y perjudican el desarrollo de la identidad de nuestros hijos. La mejor manera de desarrollar la felicidad en la infancia es tratarles como si fuesen lo que debería ser para convertirles en lo que potencialmente pueden ser.
Enséñalos a no dramatizar. Debemos educar a nuestros hijos para que le den el justo valor a las cosas y aprendan a distinguir los rasgos realmente importantes de la vida. Debemos extinguir conductas como pegar, insultar o faltar al respeto.
Enséñalos a alcanzar sus objetivos por sí mismos. Los niños son más felices si consiguen sus objetivos por sus propios méritos. Debemos animarles en este sentido.
Estimula su Autonomía. Incentivar la independencia de nuestros hijos, potenciará su autoestima, su seguridad y la confianza en sí mismos. Los niños desarrollan su independencia del entorno paterno conforme van creciendo, dejar que juegue solo o que realice algunas tareas del hogar sencillas es también una manera de educar en la igualdad.
Enséñalo a controlar sus emociones. Los niños deben aprender a controlar y regular sus emociones para resolver los problemas de manera pacífica. Eso genera tranquilidad y armonía en su carácter, lo que le permite desarrollar su conocimiento individual personal, su identidad, su autoestima y determina en gran medida el éxito en la vida adulta.
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