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Los padres buscan que sus hijos sean niños felices, estables y alegres. Cuando vemos que algo puede estar afectándoles solemos preocuparnos. Un tema de mucha preocupación para los padres es la timidez.  La timidez puede definirse como inseguridad en medios sociales. Es decir, a un niño o a una niña que se le dificulte decir lo que quiere, comunicarse efectivamente o acercársele a las demás personas que no sea su núcleo familiar.

La timidez puede ser parte del temperamento introvertido de un niño que se ha agravado por circunstancias como temores, padres muy rígidos o falta de asertividad.  Esta empieza a ser un problema cuando limita a la persona a desarrollarse de forma sana, entablar relaciones de amistad y lograr metas que requieran de opiniones y exposiciones de uno mismo.

Los padres tienden a preocuparse cuando se percatan que su hijo o hija se está encerrando en un mundo por inseguridades, no solo porque es un niño o una niña callada, o porque es un niño o una niña incapaz de verbalizar lo que piensa, siente y quiere,  al punto de permitir que lo atropellen.
Cuando esta situación ha llegado a este punto, como padres podemos buscar ayuda.  Lo primero es definir qué ha ocasionado esta situación.  ¿Es mi hijo o hija tímida porque yo como padre también lo soy?, ¿porque soy muy rígido y lo limito demasiado?, ¿porque ha tenido traumas que han ocasionado inseguridades en su persona? Lo importante es encontrar la raíz del problema y luego ir trabajando como familia.

Algunas sugerencias para manejar la timidez en los niños y niñas son:

  1. Trabajar la autoestima por medio de reconocer y alentar los gustos, opiniones y cualidades.
  2. Propiciar la iniciativa alentándoles a que hagan sus cosas personales.
  3. Evitar resolverle pequeños problemas, aunque en ocasiones tenemos que darles pautas o encaminarlos.
  4. Invitarle a uno o varios amigos, conformando grupos pares, para exponerlo socialmente.
  5. Modelar la asertividad y trabajar con nuestras inseguridades.
  6. Expresarles que confiamos en que son capaces para hacer una tarea.
  7. Evitar constante acusaciones.
  8. Evitar obligarlo a ser más extrovertido ya que esto se dará con el tiempo.
  9. Reconocerle y alentarle sus virtudes y habilidades.
  10. Evitar la sobreprotección.

Por: Liza Rivas. Magíster en Psicología Clínica-Infantil. Magíster en Educación

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