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Hace muchos años escucho la queja de que la sociedad es mala, que está en decadencia, que estamos perdidos, que la sociedad está dañando a nuestros hijos, que no tiene remedio la degradación social… y mucho más por el estilo.

¿Quién es “la sociedad”? Cuando miro a mi alrededor me doy cuenta que son personas las que componen la sociedad. ¡Qué dilema! Casi todas las personas que conozco son buenas y con las que me relaciono son aún mejores. ¿No le pasa lo mismo a usted?

Entonces: ¿Cómo es que teniendo tanta gente buena nuestra sociedad es supuestamente tan mala?

Por un lado, los malos hacen más ruidos. No salen en los periódicos los miles que ayudan a que personas sean mejores o a que tengan un empleo, pero sí los poquitos que asaltaron a alguien. Estamos cambiando la percepción de miles de buenos, por cada uno que no lo es. Por cada hombre que maltrata a su compañera, hay decenas de miles que las quieren cada día más.

La sociedad siempre ha sido la suma de los individuos que la componen. Cada día somos más individuos en cada sociedad. Por la comunicación, el transporte y todo lo que ha traído la evolución cada día estamos en contacto con más personas que antes. También tenemos más informaciones… antes lo que pasaba en el medio oriente no era tan relevante en una isla del pacífico como lo es ahora.

Veo personas que han dejado la educación de sus hijos a “la sociedad”. Sí, escucho que me dicen que la sociedad daña a sus hijos. Hasta escucho que dicen que en las escuelas no enseñan valores. ¿Estamos haciendo nuestro trabajo en casa? Cada día pagamos más para darle a nuestros hijos una mejor educación, pero en casa nos dedicamos menos a educar. La educación tiene dos componentes y el de la escuela es cada día más académico… el otro debe salir de la casa.

Uno de los factores que más daño le está haciendo a los jóvenes es la competencia. Los adultos vivimos en competencia y le pasamos eso a nuestros hijos. Subir de estatus es la base de toda competencia y eso está cambiando aceleradamente a nuestra sociedad.

Para lograr un estatus más alto necesitamos simplemente más dinero: El dinero tiene un problema, su calidad se mide por su cantidad. Pero mostrar un mejor vehículo no es una verdadera mejoría, porque la mayoría de las veces lo hemos comprado con un préstamo, o sea, es una pantalla.

Cuando el hijo llega de la escuela feliz con una buena nota, ¿le preguntamos cuánto sacaron los demás? Eso es competencia. Cuando le compramos la ropa de marca para vestirlo, cuando lo comparamos con los primos y compañeros de escuela, cuando le celebramos la mejor fiesta de cumpleaños, la mejor boda, cuando criticamos a los demás por su estilo de vida, cuando demostramos nuestras ansias por tener lo que otros han logrado… Todo es basado en dinero, porque el estatus se muestra… con dinero.

Una mejor sociedad la logramos aumentando los valores de sus individuos. Esos valores no suben con dinero, sino con comportamiento: Ayudar a los demás, cooperar, ser humildes, respetar el derecho de los demás, colaborar con el crecimiento de todos, cambiar la competencia por la competitividad (o sea, ser mejor con respecto a lo que era y no a los demás)… en fin, buscar que la suma de los individuos de una sociedad sea cada vez mayor independientemente de la cantidad de sus componentes.

Por: Diego A. Sosa. Escritor, Conferencista, Consultor y Coach de Empresas y Profesionales. Mercurio Entrenamiento y Consultorías.