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“Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante” Ecl 4:9-10

Es prácticamente imposible leer el título de este artículo y no pensar en alguna disciplina deportiva; razón por la cual veremos el tema de parejas paralelo al mundo de los deportes.

No podemos negar lo emocionante que resulta ver algunas disciplinas que se desarrollan de manera individual, así como existen personas que han llegado a la conclusión de que no están diseñadas para vivir junto a una pareja (con todas las dinámicas que esto implica) y que pueden alcanzar el éxito en sus vidas caminando solos. Pero me resulta interesante observar que aun en estos deportes “individuales”, la eficacia y los logros dependerán de todo un equipo de personas que colaboran con el o la deportista en cuestión.
 
Hoy día las parejas enfrentan diferentes tipos de retos que trascienden a la esencia misma del matrimonio; es como si no fuera suficiente con esos conflictos que se manifiestan en toda relación, propia de la unión de dos personas que provienen de familias y/o patrones de conductas distintos.
 
En la actualidad las parejas se enfrentan a desafíos que, solo por citar algunos, los vemos en la sociedad, los medios, o en el acelerado ritmo de vida que hace que se pierdan elementos de valor en el camino y se adopten otros que resultan en perjuicio de la relación misma.
 
En todos los deportes hay reglas y su observancia o no determinará, en parte, la victoria o la derrota del equipo. Solo señalaremos algunas reglas para que la pareja pueda alcanzar y disfrutar de esta victoria:

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A) La persona de Dios debe ser la base que sustente la relación.

B) Así como cada jugador ocupa una posición, el hombre y la mujer han de ocupar el rol para el cual fueron creados.

C) Es vital la comunicación clara y efectiva.

D) Trabajar en total unidad y armonía.

¡Levántese! Venza el temor, el desaliento o la frustración, y junto a su pareja alcance y celebre la victoria preparada para ustedes.

Po: Javier Valdez
Pastor y Consejero familiar

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