Todas las personas se equivocan o cometen errores que pueden tener alguna consecuencia que te resulte desagradable, y eso no es solo una realidad, sino que es una realidad inevitable. Por muy maravillosa que sea tu pareja, siempre cometerá algún error. Esto es algo que todos sabemos pero, desgraciadamente, a veces nos comportamos como si los demás no tuvieran derecho a equivocarse.
Dado que ninguna persona es perfecta, sino que todos hemos nacido imperfectos y con tendencia a equivocarnos a lo largo de toda nuestra vida, es imposible que pretendamos lo contrario. Además, a menudo las personas aprenden y hacen cambios precisamente a partir de sus errores. Mediante ensayo y error aprendemos muchas cosas que no podríamos aprender de otra forma.
Equivocarnos forma parte de nuestra naturaleza y eso hace que se convierta en un derecho: el derecho a equivocarse, que es caso lo mismo que decir el derecho a ser humanos.
Teniendo esto en cuenta no es nada extraño que, en una relación de pareja, ambas personas tengan mucho que aprender acerca del mejor modo de relacionarse, de la otra persona y de sí mismos en relación al otro. ¿Cómo es posible, entonces, no cometer errores?
A menudo, una persona puede tener una idea demasiado exigente de lo que debe ser una relación de pareja y, aún en contra de su propia lógica, se comporta como si esperase que su pareja fuera perfecta y no hiciera nunca algo que pudiera molestarte, nunca le dijera nada desagradable, no tuviera jamás un despiste, no se comportara nunca de manera egoísta, etc., como si por el simple hecho de amarte, esa persona se volviera perfecta, o como si sus errores significaran que no te ama de verdad. Pero lo cierto es que la persona enamorada es tan imperfecta como los demás.
Lo que a muchas personas les cuesta aceptar es que, aunque tu pareja esté haciendo algo de un modo que consideras incorrecto y creas que debería cambiar, tiene derecho a no cambiar y a seguir cometiendo errores.
Si tu pareja comete un error y consideras que tú nunca harías algo así, piensa que tal vez es cierto que tú no cometerías ese error, pero sin duda cometerás otros que tu pareja nunca cometería.
Cuando dejas de observar a tu pareja para sacarle a la luz sus errores y empiezas a observarte a ti mismo para ser más consciente de que cometes tantos errores como ella, serás más tolerante y permitirás que tu pareja sea más ella misma y que aprenda de sus errores.