El vínculo de una madre con su hijo puede definir el niño de por vida. La capacidad de relacionarse con los demás, intimar, formar relación de pareja sana, el manejo del estrés y la angustia, son producto de la relación y manejo que se tiene con el niño durante los primeros años de vida.
Un apego sano puede definir el niño, el joven y luego el adulto con capacidades sociales, emocionales y psicológicas adecuadas. En caso contrario, niños con poco vínculo afectivo con la madre o tutor, puede encarrilarse en una vida con dificultades al momento de tener que manejar las emociones y las relaciones con otras personas.
La estabilidad emocional de la madre, así como la capacidad para manejar sus propias emociones, son los primeros pasos para crear un vínculo sano con su hijo. Una madre estable, coherente en lo que dice y hace, y sobretodo consistente, es capaz de educar hijos emocionalmente sanos, incluso en los momentos más difíciles de la vida. El manejo de una madre hace mucha diferencia en estos aspectos.
Para crear un vínculo sano se recomienda:
Ser afectivo con el bebé,
Hablarle,
Atender sus necesidades básicas,
Lactarlo, en la medida de lo posible, entre otros.
DH Lawrence dijo; “Ella es mi primer y gran amor. Ella era una maravillosa y excepcional mujer, no saben, tan fuerte y constante, y generosa como el sol. Podía ser tan rápida como un latigazo blanco y tan amable y tierna como una lluvia cálida, y tan constante como la tierra irreducible debajo de nosotros”.
Por: Liza Rivas
Psicóloga Clínica, Parent Coach