“No puedo pensar en ninguna necesidad en la infancia tan fuerte como la necesidad de la protección de un padre,” dijo el médico y neurólogo Austriaco, Sigmund Freud. El rol de un padre en los primeros años de vida es crucial para desarrollar un buen sentido de sí mismo. Esto se logra por medio de la consistencia del padre o la madre en su integración en el cuidado y la crianza de los hijos. Al atender las necesidades de un bebe: baño, comida, higiene, comunicación y afecto; se les ayuda a crear sentimientos de pertenencia, autoconfianza y seguridad.
Algunos puntos importantes a tomar en cuenta en la crianza de los hijos, con el objetivo de crear sentimientos de seguridad; son los siguientes:
– Modelar el respeto hacia los demás.
– Ser coherentes entre lo que se dice y se hace.
– Ser consistentes con su presencia, con el cuidado de sus necesidades básicas y con las reglas establecidas en el hogar.
– Crear y mantener un ambiente armonioso que define los límites y los exige a la medida que van creciendo.
– Crear sentimientos de responsabilidad desde lo más simple (ej. recoger sus juguetes), hasta lo más complejo (ej. estudiar para un examen).
– Permitirle y apoyarle en tomar iniciativa en lo que quiere lograr.
– Reconocer sus virtudes y defectos y trabajar de la mano con ellos por medio del modelo y las consecuencias lógicas.
Ser un buen ejemplo en el hogar requiere de estabilidad en el padre y/o la madre, requiere en trabajar su propia seguridad, su propia asertividad, su autoconfianza y ser capaz de enfrentar sus propios defectos. Pudiendo él padre o la madre sincerarse consigo mismo como adulto responsable; entonces puede lograr ser un buen modelo a seguir.