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La forma en que un padre disciplina no se limita a un factor.  Muchos factores pueden influir en el manejo conductual diario.  Algunos de estos son: el estado de ánimo, los valores, la estabilidad en el hogar, la relación de pareja, el patrón familiar que vivió en su infancia, la cultura, la dinámica específica que presenta con su hijo; entre otros. Cuando un padre recurre el levantar la voz para educar, puede ser porque se siente frustrado o puede sentir que envía un mensaje de autoridad.

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Para poder evitar esta reacción, lo primero es identificar cuándo y por qué se observa gritándole a su hijo y con qué frecuencia lo hace. Después de identificar el por qué, entonces puede planificar trabajar de manera preventiva.

Algunas sugerencias para trabajar el auto-control son:

        Trabajar con el sentimiento de frustración. ¿Cuál es la emoción con que conecta? ¿Por qué se frustra?

        Trabajar con la conducta del niño. Pautar límites y consecuencias claras, llevándolas a cabo.

        Trabajar con su propio temperamento y tener pendiente el tono de voz.

        Enfocarse en lo que se quiere lograr.

        Buscar apoyo de otros familiares en momentos que sienta que no va a manejar la situación de manera apropiada.

La autoridad se logra mejor, cuando hay consistencia en los límites, cuando se llevan a cabo las consecuencias verbalizadas, cuando se es coherente en el hogar y cuando se mantiene el auto-control emocional.

Escrito por: Liza rivas, Psicóloga Clínica/ Parent Coach

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