2735facec1d89ee0a8d2497f18c9f8af


Al principio tomabas con ligereza las indirectas de las amigas, le atribuías a su falta de oficio o de hijos su buen aspecto y cuidada imagen. Pasado el tiempo, las recomendaciones de un cambio radical empezaron a salir de tu entorno familiar.


Quizás tu madre te dio la voz de alarma por aquello de que a los hombres no les gustan las mujeres desaliñadas. Sentiste rabia por este concepto tan atrasado, después de todo un buen esposo o novio no debería darle tanta importancia a lo físico. Pero pasa querida madre que los hombres son de Venus y la envoltura del regalo les atrae o les repele más que a las mujeres.

Puede que superes la prueba del compañero, no tienes que lucir como una reina de belleza para mantener estable tu hogar, dices. Sin embargo, te miras al espejo y no te puedes engañar, las excusas que das a otros no sirven para ti:  Simple y sencillamente no te gusta lo que ves.

La falta de tiempo, los hijos, las extensas jornadas laborales, los tapones y los problemas económicos se cuentan entre las razones por las que las madres se echan al abandono, lo verdaderamente malo es que lo externo es por lo regular un reflejo de lo que pasa adentro.

Mucho ojo no estamos promoviendo la plasticidad, te invitamos más bien a trabajar tu autoestima y proyectar hacia afuera lo mejor de ti. La ley de atracción dice que eso que lanzas habrás de recibirlo de vuelta. Así que, manos a la obra, aquí te damos algunos consejos para detectar si estás siendo descuidada y corregirlo.

Anuncios

Ni te acuerdas del salón. Puede sonar egoísta pero la visita al salón de belleza no se negocia, a menos que estés en la quiebra total. ¿Por qué? Porque embellecerse no es banal, desde tiempos remotos las mujeres han dedicado un tiempo especial al cuidado de su cabello, de su piel, de su cuerpo. Si no tienes dinero, hazlo en casa o busca ofertas económicas, pero no renuncies al placer de arreglarte.

Closet desfasado. No tenemos que estar al último grito de moda de Milán para vernos bien. Pero, si todavía usas tus batas de embarazada o tus pantaloncitos gastados de soltera, es hora de irse de compras ya. Actualízate, busca las prendas que vayan acorde con tu contextura física, personalidad y estilo de vida.

Sin tiempo para lucir bien. Todas pasamos por ahí y si nos disponemos lo superamos. Tus múltiples ocupaciones no son excusa, son un motivo para organizarte mejor y ser más disciplinada que antes. Una buena idea es preparar los fines de semanas los atuendos y accesorios que te pondrás durante los próximos siete días, puedes hacer mejores combinaciones al estar relajada y ahorrarás tiempo.

Cuida tu forma física. Los ejercicios revitalizan tu cuerpo, te dan seguridad, te hacen más ágil y saludable.

Por último, no te produzcas para otros y otras, una buena imagen se construye primero en el interior.