Desde muy niñas jugábamos peinando nuestras muñecas, o al famoso “cocinaito” o a la planchita, para que la ropa de nuestra muñeca quedara impecable, enfocándonos en funciones donde siempre escribíamos el guión y lo representábamos, pero nunca fuimos las protagonistas. Esta es la razón que muchas veces no nos permite alcanzar el éxito personal, no el profesional o el social, sino el personal.
Esta razón es la que nos lleva a pensar un poco en la perseverancia. Pero, ¿cómo fomentar ese “gusanito” dentro de nosotras si consideramos que todo a nuestro alrededor esta completo?, porque, como somos eficientes y eficaces en nuestros roles, entendemos que todo está bien.
Pero, ¿ y si hacemos un alto al día a día, a esa faena que nos envuelve y pensamos en aquellas cosas que teníamos como propósito a principio de año que sólo han quedado grabadas en un recuerdo o simplemente ocupan un lugar en aquel pergamino de “metas”?
Es justo ahí donde debes comenzar analizar qué cosas debes hacer para lograr esa meta que tanto anhelas, y poner como persona importante un YO. Es decir, qué necesito y qué quiero para lograrlo. Preguntarte si quieres aprender un idioma o cualquier otra cosa y comenzar a delegar tareas o a buscar quién cuide a tus hijos, o quién pueda realizar las tareas pendientes, o planificar tu agenda para que el tiempo que te corresponde sea posible todos los días. Porque si no nos dedicamos ese tiempo, para conocernos y amarnos, nadie más lo hará por nosotras, y si no nos sentimos completas no podemos ser el apoyo de nuestros hijos e hijas.
Es importante que identifiques las metas que quieres alcanzar, y cuáles son los obstáculos o bastones que realmente tienes o que te has creado.
Recomendaciones:
1) Agenda perseverar en lo que te has propuesto como meta.
2) Inicia el día poniéndote en contacto con tu Ser Superior (el nombre es lo de menos) para que el alimento espiritual te acompañe todo el día.
3) Haz de tu familia un equipo donde todos tengan responsabilidades.
4) NUNCA NUNCA DECIR NO “TENGO TIEMPO” O “NO PUEDO”, porque ya estás ordenando que no lograrás.
Recuerda, debes luchar por ser, no por querer ser.
Por: Maritza Arbaje
Terapeuta integral