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Los seres humanos tendemos a establecer lazos y dependencias a personas y cosas. Esto puede convertirse en un apego sano, en un excesivo apego o en un desapego emocional.

¿Porque hay personas apegadas y otras no?

Los seres humanos para vivir, necesitamos satisfacer nuestras necesidades básicas que son: seguridad (la necesidad de cosas básicas que nos garanticen la vida y sobrevivencia: como comida, techo, ropa, dinero para el colegio, etc.,) conexión (la necesidad de amar a otras personas), significado (la necesidad de sentirnos valiosos, especiales, fuera del montón), variedad (la necesidad de no hacer lo mismo siempre, de huir a la monotonía).

La manera en que nuestros padres satisfacen estas necesidades en los años primarios y de formación, va a determinar la forma en que conectamos con los demás y como desarrollamos relaciones apegadas o desapegadas.

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Una herramienta muy poderosa para mi trabajo como coach, es el eneagrama. Es una filosofía milenaria, con más de 2000 años que clasifica a las personas según características muy distintivas en 9 tipos de personalidad. Estas personalidades, que surgen de acuerdo al impacto de mi entorno (padres y cuidadores) y al temperamento con el que nacemos, harán de mi una persona más apegada o no a la gente en mi vida.

Brevemente te compartimos porque una u otra, se apega o desapega. Identificar en cuál de los eneatipos te encuentras, te puede ayudar a resolver situaciones con tus relaciones afectivas:

Eneatipo #1: tiende a buscar seguridad, a través del control y la crítica. No es muy apegado a la gente, puesto que vive para hacer lo correcto, no importa lo que tenga que hacer para lograr que las cosas desde su perspectiva, se hagan bien. Como padres pueden ser estrictos y desapegados, llevando a lo largo de los años que los hijos se alejen.

Eneatipo #2: Altruista: es alguien que se mueve por conexión. Necesita querer y ser querido. Suelen desarrollar apego excesivo a las personas, llegando a provocar en otros rechazo por ellas.

Eneatipo #3: El triunfador. Vive para alcanzar el éxito. El mundo gira en torno a sus prioridades y afán de logros. Suelen ser egocéntricos y con sus actos buscar la aprobación de la gente, a quienes ven más como un público que como alguien por quien sientan alguna emoción. Esto los lleva a ser fríos y desapegados.

Eneatipo #4: El individualista: Es una persona que desde niño se ve a sí mismo como diferente y especial lo cual demuestra en su forma de vestir, actuar, pensar. Suelen tener inclinación por el arte, en cualquiera de sus manifestaciones. Son muy ensimismados y de sentimientos profundos, que suelen tratar de no mostrar pero que sale en su arte, en sus canciones. Suelen ser muy apegados, depresivos, tristones.

Eneatipo #5: El intelectual: es el rey del desapego. Desde niño vivió el descuido o poca atención de los adultos y desarrollo una independencia que de adulto le hace pensar que no necesita de nadie. Pueden desarrollar la necesidad de una pareja, pero no conectan. Cayendo en un juego de te quiero no te quiero.

Eneatipo #6: El desconfiado: es una persona que duda de todos, hasta de sí mismo. Apegado, fuertemente, cree necesitar de alguien a su lado para estar bien. Son fieles y leales, aunque algo hipocondriacos y/o temerosos.

Eneatipo #7: El entusiasta. Es alguien encantador. Sabe seducir y vender las ideas. Vive para la diversión y la variedad. Busca el placer y evita el dolor. Apegados a la madre, desapegados a una pareja e hasta de los hijos en los casos de mayor insanidad. Terriblemente egocéntricos

Eneatipo #8: El jefe. Busca el control en todo lo que hace. Son amigos de sus amigos y enemigos de sus enemigos. Posesivos, puede parecer algún tipo de “apego “la forma en que tratan a la pareja y el control que tienen sobre ella . pero realmente es una manifestación de su territoriedad, más que de necesitar al otro. Pues son duros e independientes.

Eneatipo #9: El diplomático: busca la paz, evita el dolor. Le importa tanto lo que siente los demás, que vive evitando el conflicto, aún tenga la razón. Tienden a tener un apego donde ponen a los demás, por encima de sí mismos.