1. Avanzan. No pierden el tiempo sintiendo lástima de sí mismos.
2. Mantienen control. No regalan su poder.
3. Aceptan el cambio. Dan la bienvenida a los desafíos.
4. Se mantienen contentos. No se quejan. No gastan energía en cosas que no pueden controlar.
5. Son amables, justos y no tienen miedo de hablar. No se preocupan por complacer a los demás.
6. Están dispuestos a tomar riesgos calculados. Sopesan los riesgos y beneficios antes de tomar acción.
7. Invierten su energía en el presente. No viven en el pasado.
8. Aceptan responsabilidad completa por su comportamiento en el pasado. No cometen los mismos errores una y otra vez.
9. Celebran el éxito de las otras personas. No son resentidos.
10. Están dispuestos a fallar. No renunciar después de fallar. Ven cada fracaso como una oportunidad para mejorar.
11. Disfrutan de su tiempo a solas. No tienen miedo de estar solos.
12. Están preparados para trabajar y tener éxito por sí mismos. No sienten que el mundo les debe algo.
13. Tienen poder de permanencia. No esperan resultados inmediatos.
14. Evalúan sus creencias fundamentales y las modifican según sea necesario.
15. Gastan su energía mental sabiamente. No malgastan el tiempo en pensamientos improductivos.
16. Piensan de manera productiva. Sustituyen los pensamientos negativos en pensamientos productivos.
17. Toleran las molestias. Aceptan sus sentimientos y no permiten ser controlados por los mismos.
18. Reflexionan sobre su progreso cada día. Toman tiempo para considerar lo que han logrado y hacia dónde van.
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