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¿Estás bien? ¿O no también?

Me encuentro con frecuencia con personas que están parados en un lugar (con relación a las finanzas personales) y no tienen idea de que tan profundo pueden estar metidos en el lodo, o de cuánto pueden estar desperdiciando.

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No saber de finanzas personales en un arma de doble filo, que lo cortará por ambos lados. No importa si tiene dinero o le hace falta.

Para los que tienen, podrían estar derrochando recursos. No saber de intereses y de inversiones lo hará llegar a un máximo de desperdicio. La inflación podría estar devorando el bajo interés que el banco le esté redituando. Y peor, su dinero en poco tiempo no tendrá el mismo poder adquisitivo. O sea, podrá comprar menos con la cantidad que hoy posee.

También debe saber de inversiones para que su dinero le de más dinero. La libertad no se la dará el simple hecho de ganar y conservar dinero, también estamos obligados a hacer que nuestro dinero trabaje para nosotros.

Los que se hunden paulatinamente en el lodo de las deudas, son los que más les urge investigar hasta donde están metidos en el charco. Escucho personas que no quieren hacerse un examen de colesterol, por miedo a tenerlo alto. Con eso sólo dejan que la situación empeore y posponen el inminente problema. Así mismo me encuentro con personas que prefieren no contar sus deudas para no estresarse por conocer lo profunda de la realidad. Esto sólo hará que uno no tome decisiones para salir de esas causantes de los dolores de cabeza.

Los que tienen el colesterol alto no quieren dejar de comer con grasa. Los que tienen deudas no quieren dejar de disfrutar al gastar su dinero. ¿O debería decir? No quieren dejar de supuestamente disfrutar al gastar el dinero de otros y que pronto tendrán que pagar con creces.

Antes de dar un “Coaching de Deudas”, les pido a mis “Coachees” que escriban en una hoja sus ingresos y sus deudas. Por lo regular no lo han hecho antes de requerírselo. Cuando me las muestran les pregunto si eso es todo, y en ese momento salen algunas cosas más. En ocasiones son parejas y cada uno tiene algo escondido del otro. Y muchas veces quedan cosas escondidas… por vergüenza o por supuesta conveniencia.
finanzas
No conocer el lugar donde estamos parados no nos ayudará a salir del charco. Sólo cuando decidimos hacerle frente a los problemas, ellos comenzarán a ser menores. Pero tenemos que saber con exactitud a qué le vamos a hacer frente. Necesitamos listar todo lo que debemos, ponerle los intereses que pagamos y el monto de la cuota. Luego podemos tratar de conseguir una salida.

En primera instancia, bajar las deudas de más alto interés, posiblemente con un préstamo. Si no es posible tomar préstamos de intereses más asequibles, entonces es hora de desprenderse de algún activo. Por lo regular eso tendrá una gran carga emocional, pero tendremos que hacerlo.

Debemos olvidarnos de lo que puede representar un terreno, un vehículo o hasta una casa. Si es lo único que podemos convertir en dinero y nuestras deudas crecen cada día, entonces hay que venderlo antes que ellas se coman todo lo que tenemos. Es una dura decisión, pero no puede ser emocional, tiene que ser tomada con la cabeza.

Por Diego Sosa * Conferencista * Coach y facilitador en el área de crecimiento personal * http://diegososa.info