El cerebro es exigente en oxígeno y nutrientes para su desarrollo y funcionamiento; el oxígeno es fácil de conseguir, pero obtener la cantidad y la variedad de los nutrientes necesarios para una adecuada transmisión neuronal, puede resultar difícil. El desarrollo psicomotor se refiere a la maduración de las estructuras del cerebro, en los primeros años de vida, que controlan los movimientos del cuerpo y los procesos de aprendizaje y conocimiento. Y es aquí donde la nutrición tiene un papel relevante, siendo la principal fuente de nutrientes la leche materna.
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Vitamina A: participa en el funcionamiento de los tejidos, el desarrollo óseo, el mantenimiento de la piel y de las mucosas; además, promueve la función visual y es un excelente antioxidante. Está presente en alimentos vegetales de color verde oscuro: brocolí, espinaca, apio, berro, entre otros.
Vitamina B1: favorece el crecimiento y facilita los procesos mentales, sus principales fuentes son los cereales y los granos integrales. La carencia de esta vitamina está asociada a la falta de concentración, irritabilidad y depresión.
Vitamina B2: participa en el desarrollo del bebé dentro del vientre de su madre y en el mantenimiento de las fibras nerviosas de las neuronas (mielina). Está disponible en pescados, carnes, almendra, coco, queso y huevo.
Vitamina B3: contribuye a la composición de neurotransmisores y de la serotonina, sustancia que influye en el estado de ánimo, el humor y el ritmo de sueño/vigilia. Está disponible en el salvado de trigo, maní, almendra, harina de trigo y arroz.
Vitamina B1: interviene en el metabolismo celular y contribuye a que el azúcar y la grasa se conviertan en energía. Está disponible en las vísceras, la yema de huevo y los cereales integrales.
Vitamina B9, junto a la vitamina B12: es esencial para el desarrollo del tejido nervioso, además participa en la utilización del calcio, del hierro y del zinc. Interviene en múltiples reacciones y funciones con la vitamina B12, lo que explica su importancia para el funcionamiento del cerebro. Las necesidades de ácido fólico aumentan durante el embarazo y el desarrollo del feto, porque es indispensable para la división y la multiplicación celular. Su carencia se asocia con problemas y alteraciones del Sistema Nervioso Central, y se encuentra en: vegetales de hojas verdes, garbanzos, lentejas, frutos secos y semillas de girasol. Algunos cereales para el desayuno están fortificados con ácido fólico.
Los macronutrientes son también de suma importancia para el desarrollo psicomotor, dentro de los que están los carbohidratos complejos, que son la principal fuente de energía para el funcionamiento de cerebro; estos se encuentran en cereales integrales como pasta, arroz, legumbres, papas y vegetales. Las proteínas de alto valor biológico que se encuentran en el huevo, la leche, el queso y las carnes, las grasas poliinsaturadas omega 3, como el ácido decoxahesanoico (DHA) y el ácido araquidónico (ARA) son también muy necesarios, ya que influyen en el desarrollo neurológico y en el sistema inmune. Están presentes en las carnes de pollo y pavo, salmón, arenque, sardinas y huevo.
Recomendaciones:
*La dieta de los niños debe ser equilibrada y balanceada en los primeros años de vida para evitar una pérdida en las capacidades motoras y cognitivas, adicionada a otros estímulos como los afectivos, sociales e intelectuales.
*La cantidad de nutrientes que debe consumir un niño depende de su estado general de salud y de su etapa de crecimiento.
*La alimentación de las mujeres embarazadas debe ser planificada para que aporte los nutrientes que necesitan el bebé dentro del vientre de su madre.
Es necesario evitar que alimentos poco nutritivos como frituras, refrescos, dulces, bizcochos, hamburguesas, pizzas, entre otros, formen parte de la dieta regular de los niños, embarazadas y adultos mayores.
Cesarina Minnier
Psicologa clínica, nutricionista y chef
Consultorio psicologicamente 809.562.3395
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