En ocasiones los padres no permitimos que los niños colaboren con las tareas de casa, “deja esa escoba”, “no pongas la mano”, “sal de la cocina”, son frases que solemos decirles regularmente cuando ellos están motivados a colaborar.
Permitir siempre que los niños se integren a las tareas los forma para hacerlos responsables, si le privamos participar en las labores diarias no les permite aprender a ser responsables.
Otros padres, intentan hacer que colaboren incentivándolos con premios, pero esta práctica no debe convertirse en una costumbre ya que es mucho mejor enseñarlos a cooperar sin que haya un premio de por medio.
Los niños aprenden, no por medio de premios ni órdenes, sino a través del juego.
Las siguientes ideas le ayudarán a propiciar labores divertidas y enseñarle a sus hijos a ser responsables contribuyentes del hogar.
En la cocina
Cuando estamos preparando los alimentos, es un buen momento para asignarles tareas, pueden pasarnos los enlatados de la despensa, colocar la mesa, podemos dejarlo lavar las frutas, vegetales y verduras, mover las mezclas para salsas y bizcochos antes de llevarlas a la estufa, mezclar las ensaladas, limpiar la meseta.
¿Donde está lo divertido?, hazlo contando una historia “Cuando cenicienta debía cocinar
buscaba los enlatados en la despensa”, “Antes de que llegaran los enanitos Blanca
Nieves preparaba la ensalada para la cena, primero lavaba los vegetales, luego los ponía
en una fuente”. Mientras cuentas la historia los niños realizan la acción.
Los juguetes
El eterno dolor de cabeza de las madres es la recogida de juguetes, para los niños es muy fácil regarlos mas no recogerlos, sin embargo, si incorporamos juegos a la limpieza, esta tarea se hace rápida y divertida.
En lugar de simplemente decirles que dejen de jugar y recojan sus juguetes, es mejor propiciar que la recogida de juguetes sea parte del juego. Por ejemplo, podemos simular que los peluches, los carros y muñecas asisten a una fiesta en el closet. Si es de noche, podemos llevarlos todos al lugar donde se guardan para que ellos también puedan descansar.
Por: Lic. Kathia M. Jonkhas
Psicóloga Clínica