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Si mi hijo llega mordido de la escuela todos los días, ¿es correcto enseñarle a defenderse? Esto es una pregunta que tienen muchos padres. Siempre les contesto que hay que investigar el contexto de la situación. ¿Cuándo ocurre esto? ¿Son diferentes casos? ¿Es mi hijo quién inicia el conflicto y por qué?

Para manejar una situación de conflicto siempre es importante entender qué ocurre antes y qué ocurre después. Siempre les recuerdo a los padres que los niños de 1 a 3 años pueden llegar mordidos o pueden morder porque es la etapa en la que los niños tienden a utilizar este mecanismo como
herramienta para comunicarse. La mordida puede ser una forma de expresar enojo, frustración y hasta cariño y alegría. Un niño que muerda en los primeros años de la etapa preescolar, no se define como un niño agresivo. Sin embargo, esto puede ser corregido siguiendo las siguientes pautas:

  1. • Retirarlo del lugar donde ocurrió el evento.
  2. • Ponerlo tiempo fuera.
  3. • Reiterarle que la boca es para hablar y comer.
  4. • Hacer referencia a que el morder duele.
  5. • Todo es t osere sume en demostrar desaprobación por la forma de manejarse.

Por otra parte, hay que intentar comprender el sentimiento detrás de la acción y verbalizársela al niño; por ejemplo, “Veo que te enojaste porque tu amiguito te quitó tu juguete, recuerda que puedes pedírselo de vuelta”.

Como padres, es importante comunicarnos con el colegio, dialogar sobre nuestra preocupación y buscar orientación de cómo manejarnos en casa dependiendo del caso. Cuando nos referimos a niños mayores, es decir de 4 a 5 años, nos podemos manejar diferente ya que podemos entablar una
conversación más profunda con ellos. Siempre dialoga con tu hijo o hija sobre qué sintió cuando sucedió el incidente. Es importante preguntarle qué sugiere que puede hacer para que no continúe pasando.
Es importante enseñarles a que se defiendan y esto se puede hacer promoviendo la comunicación. Algunas opciones son:

  1. • Hablar con la maestra.
  2. • Verbalizarle al otro que “No le Gustó”.
  3. • Retirarse de la situación.
  4. • Hablarlo en casa para buscar soluciones.

Un niño o una niña con buena autoestima, cuenta con la capacidad de comunicar e identificar sus sentimientos, y tener con quien hablar, puede ayudarlo a manejar situaciones de conflictos con los amigos desde temprana edad.