Parte de mantener un matrimonio saludable es hacer que tu pareja se sienta como una prioridad en tu vida. Aunque tú tienes otras prioridades en tu vida -el trabajo, los niños, la religión, las aficiones favoritas– tu relación siempre debe ser lo primero. Al cultivar tu relación, es posible que observes que las otras áreas de tu vida mejorarán también. Por ejemplo, la crianza de los hijos es una gran prioridad, pero los niños también deben tener un ejemplo positivo de amor y respeto mutuo de sus padres.
1- Regala a tu pareja pequeñas cosas. Toma un par de sus alimentos favoritos cuando te dirijas a la tienda de comestibles. Prepara un baño relajante si sabes que ha tenido un día difícil en el trabajo, y accede a ver una película de acción nueva cuando realmente quieras ver una comedia.
2- Nutre tu relación matrimonial, incluso más de lo que nutres tu relación con tus padres. Tu relación con sus padres, por supuesto, es muy importante, pero debes poner a tu cónyuge delante de tus padres una vez que estás casado. Puede que tengas que defender a tu cónyuge, si tus padres hablan negativamente de él o sobre él. Puede que tengas que escuchar a tu pareja cuando quiere dar rienda suelta sobre cómo tus padres a veces lo vuelven loco.
3- Realiza las tareas que sabes con certeza que hacen a tu pareja sentirse amada. Tu marido puede amar que le des un masaje después de que ha jugado algún deporte con sus amigos el fin de semana. Tu esposa puede sentirse especial cuando le traes flores frescas. Lo que funciona para una persona no funciona para todo el mundo, así que es importante que hagas las cosas que sabes que a tu pareja le gusta especialmente.
4- Mantén tu palabra. Si le dices a tu cónyuge que estarás en casa a cierta hora después del trabajo, mantente en lo dicho. Si vas a llegar tarde, llámale tan pronto como sepas que vas a llegar tarde. Contesta el teléfono cuando llames a tu cónyuge y siempre haz tiempo de hablar con él, sin importar lo que estás haciendo. Poner a tu pareja en segundo lugar por el bien de tu trabajo o de tu apretada agenda le hace sentir menos especial.