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Nuestros hijos empiezan a descubrir las diferencias físicas desde temprana edad. ¿Por qué yo no tengo lo que tiene mami? ¿Por qué papi tiene eso y yo no?, también llega la pregunta Mami, ¿cómo llegó el bebé a tu barriga? La pregunta de dónde vienen los bebés usualmente empieza de los tres años en adelante; siendo más común entre los cuatro a seis años, ya que hay un tipo de pensamiento
más concreto. Lo importante es:

• Responder lo suficiente para calmar su curiosidad.

• Preguntarle primero qué sabe y qué quiere saber, para partir de la pregunta que tiene.

• Ser claro y no darle más información de la que necesita para su edad.

• Si no estás seguro de qué decir, pídele apoyo a otra persona.

• Evitar recriminar, asombrarse o demostrar vergüenza.

Debemos utilizar la palabra útero para explicar donde está el bebe ya que no es en la barriga que se forma. Podemos explicarles que papá pone una semilla y mamá tiene un huevo y que cuando se unen forman el bebé. Si pregunta cómo llega la semilla, se le puede explicar de forma muy clara, concisa y sin muchos rodeos.

¿Por qué no decirle que los trae la cigüeña?

Vivimos en una era en que nuestros hijos tienen un sinnúmero de informaciones al toque de un teclado. Lo importante es que reciban la información correcta, de manera adecuada; no deben ver o tener acceso a informaciones a destiempo porque les puede distorsionar su concepto de la sexualidad. Ellos buscan respuestas y ¿quién mejor para darlas y educar, que los padres o personas allegadas?

Hay padres que no se sienten cómodos hablándoles de estos temas, aunque debemos de hacer un esfuerzo para evitar confusiones y lograr confianza. En caso de que este diálogo
se nos dificulte, podemos pedir apoyo a otros familiares o amigos. Si le hablamos de la cigüeña, eventualmente descubren que no es verdad y no se nos acercarán para preguntarnos algo de importancia en un futuro.

Vivimos en unos tiempos que la información adecuada puede evitar la iniciación temprana
de nuestros jóvenes en la sexualidad y el valor a sí mismo en referencia a la misma. Las preguntas a temprana edad nos abren ese camino para ir educando de manera correcta y lo más importante es que sea con la verdad.

Por: Liza Rivas, M. Ed., M.Psic.
Magíster en Psicología Clínica Infantil, y en Educación