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Por: Eduard De los Santos / Músico Cristiano /
dlseduard@gmail.com

Si bien recuerdo, las prioridades se basan en las cosas que son realmente importantes. El deber de darle un techo, comida, una buena educación y el sustento necesario se resuelve gracias al trabajo que se nos ha dado para producir el dinero con el cual se consiguen todas estas cosas. Esto es sin mencionar la petición a la diversión y el entretenimiento.


Sin embargo, saciaran estas cosas el alma de nuestros hijos? Tendrán ellos alguna queja que nos llame a reflexionar? Cuantas promesas han sido rotas?

Llegar temprano a un ensayo, participar de su cumpleaños, poder compartir el almuerzo juntos y tener la confianza de que un hijo nos pida consejos que definirán su madurez, valen mas que las responsabilidades compradas por el dinero. El amor al dinero es la raíz de un mal muy menospreciado que abraza a muchos padres, ignorar el hecho de que los mas pequeños están creciendo bajo nuestra tutela, por lo tanto es necesario y a ellos les urge que cambiemos nuestro manera de considerar las prioridades. Trabajemos, pero no por la comida que es perecedera, sino por la que permanece para la eternidad, la cual les dará el Hijo. Sobre el cual ha puesto el Padre eterno su sello de aprobación. (Juan 6:27) Si tenemos ropa y comida estemos contentos con lo que tenemos ahora porque nada trajimos a este mundo, y nada podremos llevarnos. (1 Timoteo 6:7,8)

El extraviarnos del amor de nuestro Padre hace que nuestra vida se enrede en el materialismo, el cual nos ha dado una vista muy corta y limitada de la mayor necesidad para nuestros seres queridos. El Amor.

Si al final de cada cumpleaños, cada cena y o graduación te ha faltado el amor, vuélvete al Padre. Porque el amor cubre multitud de pecados. (1 Pedro 4:8) Dios es amor y espera por nosotros.

Amemosle a El sobre todas las cosas y a nuestros hijos como a nosotros mismos.(Mateo 22:36-38)