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Optimizar el desarrollo del niño desde edades tempranas, supone la necesidad de buscar formas organizativas y dirección de sus actividades, propiciando que estimulen al máximo sus potencialidades y garanticen su salud.

La edad preescolar constituye una etapa significativa en la vida del individuo, en ella se estructuran las bases fundamentales del desarrollo de la personalidad, se forman y se regulan mecanismos fisiológicos que influyen en el desarrollo físico, el estado de salud y en el grado de adaptación al medio.

Esta etapa se caracteriza por una sucesión de acontecimientos, cada uno con sus propias particularidades, bajo la influencia del ambiente físico y donde se destaca el papel de la familia, de la escuela y, en general, de la comunidad.

Ciertas investigaciones plantean que aún así hay muchos factores que pueden afectar el desempeño de los niños pre-escolares en la escuela, incluso el tener satisfechas sus necesidades físicas con la alimentación saludable, el ejercicio y la buena atención médica; los niños pequeños también necesitan ayuda social y emocional que es lo que formará la confianza en sí mismos, la independencia y la capacidad de cooperación.

Las familias de los niños en edad pre-escolar necesitan demostrarles cómo comportarse, darles el ejemplo y usar la disciplina de manera apropiada y coherente. Además, los niños necesitan oportunidades de jugar y hacer preguntas, y quien les lea y ofrezca diferentes actividades de aprendizaje, por eso es importante cada día poder realizar diversas actividades en la vida de su niño pequeño, porque ellos requieren de padres que respondan a sus llantos y los mantengan seguros y cómodos, con oportunidades para moverse y practicar nuevas destrezas físicas a través de objetos para mirar, tumbar, agarrar, tirar, o palmear y examinar que no sean peligrosos, con diversas áreas de juego seguros y muchas oportunidades para escuchar el lenguaje, para producir sonidos y que alguien les responda.

En las etapas del desarrollo del niño pequeño, es importante mantenerse enterado de las actividades de aprendizaje que realiza. Para los padres que trabajan, esto es difícil pero se hace más fácil con la comunicación abierta con los que cuidan y educan a su niño.

Encárguese de que el centro educativo cuente con datos actualizados sobre cómo ponerse en contacto con usted, y refuerce siempre lo que su niño aprende durante la instrucción pre-escolar con actividades que usted y su niño hagan en la casa.

Todo contacto con su niño es una experiencia de aprendizaje y este ocurre en muchos otros lugares afuera de la escuela. Este tipo de comunicación con el centro y los maestros no sólo ayudará el desarrollo académico, social y emocional del niño, sino que también ayudará a hacerle sentir a su niño unido con usted.

La autora de este artículo es la psicologa Kedmay Klinger.