Decían los abuel@s que con tiempo hasta el pasmo tiene cura. Frase sabia la de aquellos viejos que se aplica a cualquier renglón de la vida, andar a tiempo siempre tiene buenos resultados. En materia escolar tiene aún más sentido la expresión.
Un buen alumno repasa los contenidos impartidos en el aula, entrega puntual sus tareas, tiene al día sus mascotas y libros de trabajo, se involucra en proyectos especiales, va más allá de las asignaciones del maestro: investiga, analiza, compara, se documenta y tiene la lectura como costumbre, en fin, se preparara para los exámenes todos los días.
Que a tu hij@ le vaya bien en las pruebas cuatrismestrales no es cuestión de suerte o de mera inteligencia, el tema está más relacionado con la disciplina y un correcto habito de estudio.
Si esperas la llegada de la temporada de exámenes para darle soporte a tu peque, los resultados pueden no ser muy halagüeños. Incluso en el caso de que el niño logre sacar una buena nota, crees que realmente habrá aprendido lo que tuvo que embotellarse al vapor.
Habla con el maestro de tu hijo, dale seguimiento desde ya a su desempeño en el aula. Si el maestro te externa alguna preocupación considera la posibilidad de darle asistencia especializada con un tutor o en una sala de tareas.
Ayúdalo a organizar su material de estudio y las horas que dedicará en las tardes a la investigación, realización de asignaciones y repasos. Verifica todos los días sus cuadernos, no hay excusa para tener tareas pendientes. Una vez por semana repasa junto a tu chiquito los contenidos.