Aunque el autismo no es el trastorno mental más común en los niños, lo cierto es que los padres de un menor con esa afección llevan una pesada carga. Y es que muchas veces se sienten frustrados, tristes, incluso se tornan agresivos y con resentimiento, ya que ellos no pueden hacer mucho para mejorar la condición del pequeño.
Si a esto se suma que los autistas necesitan de atención especial -prácticamente 24 horas al día- y que los padres necesitan trabajar o hacer actividades en las que sus hijos no están en capacidad de acompañarlos -como ir al supermercado o al banco-el problema es todavía mayor.
De hecho, según la psiquiatra infantil del Centro de Desarrollo Humano, Maritza López Custodio, aunque es un trastorno que dura para toda la vida, lo que va ayudar a mejorar la condición de estos infantes es una educación especial. «La intervención educativa y conductual es lo más importante. Se ha demostrado que los servicios de apoyo social en forma de escuelas en regímenes de ocho horas diarias, o mejor aún, en servicio de residencia de 24 horas diarias, son la mejor opción para disminuir la frecuencia de trastornos de la conducta», explica.
La diferencia es clara entre un niño que recibe atención especial y otro que no. El primero aprender a sentarse, a pedir lo que quiere, también a mirar, comer y a comunicarse, entre otras actividades.
Esa es la razón por la que López custodio, quien además es madre de un adolescente y tía de una joven con autismo, ha decidido crear el Centro de Atención a Personas con Autismo y Discapacidad Intelectual (Cenaudi). Se trata de un servicio de residencia permanente y un semi internado que abrirá sus puertas, en el sector de Los Cacicazgos, a principio de noviembre.
El centro está dirigido a niños de 12 años en adelante y trabajará con un grupo de 8 a 10 personas. El Cenaudi será como un segundo hogar para los niños con el trastorno autista, pero con atención especializada y programas especiales.