Toda pieza musical sea canción, baile, música instrumental o de concierto, tiene una estructura estable de cuatro grandes pulsos que posibilitan el desarrollo del cerebro, estableciendo conexiones neuronales de calidad.
La música es un lenguaje, introduce a los niños a los sonidos y significados de las palabras, y a su vez, permite el desarrollo de la memoria. La música puede ser el motor para desempeñar habilidades motrices, intelectuales, sociales, y emocionales.
Escuchar música desde edades muy tempranas ayuda a que se desarrollen el pensamiento lógico, la concentración, la memoria, y otras destrezas básicas de los niños de manera integral.
La música para un niño es un medio expresivo y de comunicación, pero más aun, es una forma de vínculo con los otros. A través de ritmos y melodías, los niños experimentan sensaciones y sentimientos en continua relación e intercambio con el mundo que les rodea, las personas y los objetos.
Escuchar canciones, cuentos cantados o audiciones dirigidas, fomenta en el niño la imaginación y le da conocimientos más amplios acerca de sus emociones a la vez que adquiere mayor destreza en el lenguaje oral y escrito.
Con la orientación adecuada y acompañado de un repertorio para su edad, las posibilidades expresivas y creativas del niño se desarrollan en su máxima expresión, cuando canta canciones, toca instrumentos, o baila. Sobre todo, con la participación activa de sus padres y especialistas del área de estimulación y educación musical.
Por: María del Carmen Domínguez
Directora general de Crescendo Musical