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La pérdida de un embarazo ocasiona una crisis individual y de pareja en los padres que trae como consecuencia desarrollo de trastornos del estado de ánimo, ansiedad y depresión. El duelo es la respuesta normal y saludable a esta pérdida y puede superarse con el apoyo entre la pareja, la familia y la asistencia profesional.

Gracias a los avances hoy en día se ha logrado disminuir la tasa de embarazos que finalizan en muerte. Pero como los avance tecnológicos posibilitan crear mayores lazos tempranos con el bebe y el sentimiento de pérdida es mucho más traumático.

La muerte fetal es una experiencia indescriptible para los padres, difícil de asimilar, dado que los bebés representan el inicio de la vida y no el final. Todos los padres van elaborando durante la gestación expectativas, fantasías, sueños e ilusiones por la llegada de su bebé.

Crisis de ansiedad

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La pérdida de un embarazo, tiene un fuerte impacto emocional en los padres y el momento de recibir la mala noticia puede desencadenar una crisis de ansiedad o angustia en uno o ambos miembros de la pareja, manifestando síntomas temporales tales como palpitaciones, sudación, temblores, escalofríos, sensación de falta de aire o sofoco, sensación de vértigo, inestabilidad, desvanecimiento o desmayo. Estos síntomas en general desaparecen en los próximos minutos y dan paso a un proceso de duelo.

El duelo

El duelo es la respuesta normal y saludable de una perdida. Es una reacción natural, pero es individual, único y cada persona lo va a experimentar y manifestar de una forma distinta. Es una experiencia global que no sólo afecta los aspectos psicológicos, sino también emotivos, sociales, mentales, físicos y espirituales.

El periodo normal de duelo es de 6 meses a un año pasando por un proceso de choque o incredulidad, nostalgia y búsqueda, desorganización y reorganización.

Superar el duelo

El tiempo que dura el duelo va a depender de la estructura familiar, la personalidad de los padres y las ayudas del entorno. La asistencia profesional a través de terapias individuales o grupales, podrían ser favorecedoras. Los especialistas recomiendan esperar un mínimo de 6 meses antes de volver a quedar embarazada.