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Un conjunto de sensaciones se mezclan: cansancio, estrés, ansiedad. Necesitas entregar un trabajo importante en un par de horas, y has trabajado la noche entera para terminarlo. El café dejó de surtir efecto, pero optas por la alternativa de algo como un chocolate para evitar que las garras de Morfeo te atrapen.

De acuerdo con Sarah Wilson, escritora de Mind Body Green, lo primordial es cortar con el vínculo emocional que se tiene en relación con el azúcar. Habrá momentos en que desearemos regresar a la dosis diaria de este delicioso dulce, pero por ello te compartimos seis actividades que ayudarán a cambiar esos hábitos nocivos para la salud.

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1. Cuando nos encontramos a medio día sin mucha energía, tendemos a tomar alguna bebida caliente con azúcar. Para evitarlo, es recomendable desayunar un poco antes; de ese modo, cuando te encuentres sin ánimos, podrás comer un pequeño snack que te energetice.

2. Si esta misma situación se repite en la tarde, realiza tareas que impliquen salir a la calle: el aire fresco te ofrecerá la energía suficiente para pasar la tarde. Y en el caso que sientas la sensación de comer, prueba con una taza de té (con miel, en vez de azúcar): conoce y disfruta de diferentes sabores.

3. Las salidas con los amigos que piden enormes pasteles. En vez de comprar uno para ti solo, puedes ordenar un té chai para satisfacer el antojo (o al menos, para distraerlo). Si es posible, salgan a caminar y a disfrutar del aire libre.

4. En el caso que tengas la necesidad de comer algún tentempié, consigue frutas, verduras o frutos secos. Son una alternativa nutritiva y saludable que ofrecen energía natural al cuerpo.

5. Cuando te encuentres en un proyecto difícil, es necesario que intentes mantenerte lo más tranquilo posible. Prende algún incienso que pueda relajar la sensación de ansiedad, y al mismo tiempo te mantenga activo. Incluso, disfruta de un té verde.

6. Después de la comida, la recompensa del postre. Desde el momento en que consideramos el postre como un premio por haber comido, esa apreciación puede afectar la manera en nos alimentamos. Disfruta de la comida: desde su inicio hasta su final. Y si, después del plato fuerte, aún te quedas con hambre, escoge algún complemento frutal, en conjunto con un té.