Los cambios hormonales que se producen en el embarazo hacen a la mujer más susceptible a la producción de gingivitis y caries. Durante esta etapa de gestación la higiene dental y los hábitos nutricionales adecuados destierran aquella frase de las abuelas que dice “cada embarazo cuesta un diente.
En esta etapa del embarazo es necesario extremar los cuidados dentales, no olvidarse nunca del correcto cepillado después de cada comida, con un dentífrico que contenga flúor, el cual evita la formación de bacterias y refuerza el esmalte dental. Una limpieza cuidadosa eliminará la placa bacteriana que es la causante de la caries dental y de la gingivitis.
Visitas al odontólogo
Lo ideal es comenzar el embarazo con una boca sana, sin caries ni otros problemas puesto que estas patologías no sólo afectan la salud de la madre, sino también a la del hijo.
Es aconsejable realizar visitas periódicas al dentista, que podrá efectuar los tratamientos oportunos para detectar y prevenir cualquier alteración de la salud bucal.
Si no se ha acudido antes, las revisiones dentales pueden hacerse sin problema durante el embarazo. Incluso pueden realizarse algunas intervenciones ya que existen ciertos fármacos y anestésicos que pueden aplicarse durante el embarazo.
Alimentación
Una alimentación equilibrada es fundamental en el proceso, pues no sólo evita las alteraciones bucales sino que interfiere en la salud general de la madre y el desarrollo de la criatura.
Es importante un aporte adecuado de vitaminas como la vitamina A y la vitamina D y minerales como calcio y fósforo cuyo aporte esencial para la formación de los huesos y los dientes del futuro bebé.
Es necesario también un aporte adecuado de lípidos, entre los que se encuentran los ácidos grasos esenciales. Los ácidos grasos esenciales son el linoleico y el alfa-linolénico, que son precursores del omega 3 y omega 6, y son fundamentales, entre otras cosas, para el desarrollo adecuado del sistema nervioso.