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1. Cuidando las fuentes:
La creciente contaminación por desechos domésticos e industriales es una lucha que deben asumir todas las familias del país. Tenemos derechos, consignados en la Constitución dominicana, a disfrutar de los recursos naturales tal como los ofrenda la madre tierra. La preservación y cuidado de las fuentes hídricas debería ser prioritario en la agenda nacional.



2.
El agua
debe ser tratada:
por la cantidad de microorganismos perniciosos para la salud, sustancias y partículas que a simple vista no podemos percibir. No solo la que bebes, la que utilizas para preparar los alimentos, bañarte, lavar la ropa e higienizar el hogar también debe ser apta para el consumo humano, así evitarás enfermedades.

3. Si no estás segur@ de su potabilidad, hierve el agua por los menos diez minutos y déjala reposar. Este método no evita la presencia de productos tóxicos.

4. Agua de botellón de marcas reconocidas: La del camioncito es más barata, es cierto, pero, ten cuidado, podrías estar comprando una enfermedad, pues no sabes cual es el origen del agua que vas a consumir, ni tienes garantía de que haya recibido el tratamiento adecuado. Las empresas distribuidoras de agua que cumplen con todos los requisitos están avaladas por la Dirección General de Normas y Sistemas de Calidad (Digenor).

5. Utiliza siempre agua tratada, preferiblemente de botellón, en los siguientes casos:

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  1. Preparación de cualquier tipo alimento
  2. Lavado de frutas, vegetales y legumbres
  3. Para higienizar los utensilios y enseres de cocina
  4. Para higienizar la ropa y lo enseres que el bebé se llevará a la boca.
  5. Baño del bebé y niños pequeños
  6. Para cepillarte los dientes
  7. Para el lavado intimo femenino
  8. Para lavarte las manos antes de cocinar

6. Cloro para las cisternas, tinacos y tanques: De acuerdo al portal www.cloroinfo.com este “en la actualidad, la desinfección con cloro es la mejor garantía del agua microbiológicamente potable. Por sus propiedades, el cloro es efectivo para combatir todo tipo de microbios contenidos en el agua -incluidos bacterias, virus, hongos y levaduras- y las algas y limos que proliferan en el interior de las tuberías de suministro y en los depósitos de almacenamiento. Sólo la cloración garantiza que el agua ya tratada se mantiene libre de gérmenes durante su tránsito por tuberías y depósitos antes de llegar al grifo, además de ser también el método más económico”.

Recuerda siempre tapar bien las cisternas, tinacos y tanques, así evitarás que las ratas y los mosquitos entren en contacto y contaminen los depósitos.

7. Cada 3 meses, por lo menos, debes lavar el tinaco y las cisternas. En el caso de los tanques y otros envases de uso domestico deben ser higienizados todos los meses y cada vez que entren en contacto con alguna sustancia que afecte la calidad del agua.