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Muchas veces un síntoma de estrés, como la irritabilidad permanente, puede ser una señal para descubrir si algún sentimiento de tristeza no ha podido ser detectado o expresado correctamente por el niño en el momento que lo sintió y lo muestra transformándolo en un constante estado de enojo e insatisfacción. Pero así como el estrés puede manifestarse de forma explosiva también hay que estar atento a niños que son introvertidos. Ellos también pueden estar padeciéndolo.

El estrés es una reacción fisiológica del organismo en el que se manifiestan diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada.

Regreso al año escolar

Si el niño se encuentra estresado, lo primero que aparece generalmente son dificultades en el rendimiento escolar. Tal vez la auto exigencia y las expectativas que se tienen de él hacen que se sienta así.

Lo primero que hay que revisar son las rutinas y hábitos del niño; evaluando así si está sobrecargado. Debemos observar las respuestas frente a las frustraciones y el manejo de las mismas. Enseñarle pautas sobre pedir ayuda cuando se sienten en una situación que no pueden manejar. Seguridad de acudir por ayuda con el adulto con el que se encuentren. Ayudarlos a reconocer sus sentimientos y transmitirlos claramente.

Conductas a observar en tu hijo

-Irritabilidad,
– Falta de apetito,
– Dolor de cabeza.
-Distracción en la escuela.
-Falta de concentración.
-Enojo permanente y poca tolerancia a los límites
-Falta de interés por una actividad que antes disfrutaba.
-Episodios reiterados de furia o agresividad.
-No juega, tristeza.

¿Qué hacer?

Debes preguntarte como adulto qué puede estar pasándole, en casa o la escuela y luego preguntarle al niño según su edad, si hay algo que lo está preocupando, si lo puedes ayudar o si sucedió algún hecho el cual nos quiera comentar.

Por qué cree que se está sintiendo así, ver qué nos responde. ¿Cuál es su reacción? Este es un buen primer paso para iniciar la búsqueda de respuestas. Luego se verá si se puede resolver fácilmente o es necesario consultar a un especialista. El punto está en dejarles saber que estamos allí, incondicionalmente por si nos necesitan. Y respetar su estado emocional de ese momento.

Estando atentos se puede ayudar a los niños a superar estas posibles situaciones sin que lleguen a producir daño a largo plazo y puedan vivir su infancia de la mejor manera.