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Hasta ahora tu hijo había sido muy sociable, sonreía a todos y dejaba que le cogiesen en brazos. Y de repente muestra receloso y llora ante los desconocidos. Es una etapa normal en su desarrollo.

El miedo a los desconocidos o crisis de los extraños también recibe el nombre de “crisis de los 8 meses” porque suele aparecer en torno a esta edad, aunque en muchos niños se presenta meses más tarde. Se trata de una etapa (por tanto, es pasajera) en la que el pequeño reacciona con temor, llora y busca la seguridad de sus padres en cuanto alguien que no forma parte de su círculo íntimo se le acerca, le habla o intenta cogerlo en brazos.
Si tu hijo ha entrado en esta fase, que puede durar algunas semanas o bastantes meses, te preguntarás a qué se debe este cambio repentino de carácter. El motivo está claro: mientras que al principio tu hijo se sentía una parte de ti, no sabía que erais dos personas distintas, ahora se ha dado cuenta de que él es un ser independiente. Esto por un lado le motiva, le gusta comprobar que puede hacer cosas por sí mismo, pero por otro lado le asusta, le hace sentirse vulnerable.

Así superará el miedo a los deconocidos

Muéstrate comprensiva, cariñosa y sé paciente. Él superará esta crisis de forma natural cuando gane más seguridad en vosotros y en sí mismo. Mientras tanto, tú puedes hacérsela más llevadera.
• No le obligues a estar en brazos de alguien si no quiere. Es importante respetarle y que sea él quien decida si quiere que le cojan o que le toquen o no.
• Permanece a su lado y no pierdas el contacto visual cuando tenga uno de estos encuentros con “desconocidos”. Él te preguntará con la mirada si todo está bien y tú puedes transmitirle confianza con tu gesto o contagiarle tu temor. Las emociones que él siente dependen en gran parte de las que tú manifiestas.
• Procura dejarle a menudo a cargo de alguien a quien conozca bien, que no solo esté con vosotros, así se acostumbrará a relacionarse con otras personas (procura que los que cuiden de él no varíen demasiado).
• Si va a iniciar la guardería o a quedarse con una niñera, procura hacer este cambio antes, a los 6 meses; lo aceptará mejor.
• Aconseja a tus amigos que se acerquen al bebé ganándose su confianza, sonriéndole y haciéndole reír. Si el niño muestra temor, mejor que no insistan. Explícales que se debe a esta etapa, para que no se ofendan.

La angustia por la separación de mamá

Esta etapa suele coincidir con la del miedo a la separación. El bebé siente la necesidad de estar pegado a ti, tiene una dependencia emocional muy fuerte y teme que le abandones. Sólo con el paso de los meses, las rutinas y los reencuentros va aprendiendo que los papás vuelven siempre, que la pérdida no es permanente. Aunque se coja un berrinche cuando te despidas, no te vayas a escondidas, eso aumentaría su temor.
ayúdale con juegos
Puedes ayudarle a soportar tu ausencia si le enseñas que las cosas que no ve aún siguen existiendo, que no desaparecen para siempre. ¿Cómo? Con juegos como el cucú-tras (te ocultas tras un pañuelo y te destapas para sorprenderle) o mostrándole un juguete y escondiéndolo delante de él, para que pueda descubrirlo.

¡Qué curioso!

En algunos niños esta “crisis” es muy leve y en otros es más intensa y duradera. Influye en ello el carácter, más o menos extrovertido, las experiencias de contacto con otras personas y la actitud de los padres: si no admiten esta reacción de su hijo, la crisis se prolonga.

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