Los tiempos actuales requieren que, para una pareja poder sostener a su familia, ambos deben trabajar, haciendo más difícil la labor de educar y cuidar a sus hijos, teniendo de algún modo que recurrir a familiares cercanos o contratar los servicios de una persona “especializada” en el cuidado de niños.
Esta última se ve como la alternativa perfecta ante esta situación y más si los padres ya están al borde de la desesperación, pero “ojo” es importante tomar en cuenta ciertas características de estos seres que, si son bien manejadas, pueden llegar a convertirse en las aliadas idóneas con miras hacia una mejor formación de los infantes.
Como experta en materia de niñeras, Pilar Rubio, psicóloga y directora del Centro de Estimulación Temprana Amazing Babies, compartió con los padres de la comunidad de Nuestros Hijos, en el pasado Encuentro Formativo, realizado en el Foro Pedro Mir de la Librería Cuesta.
Según Pilar Rubio, “para seleccionar a una niñera, es conveniente hacerlo antes que nazca el bebé para poder instruirla sobre todos los detalles relacionadas con la pequeña criatura que pronto verá la luz”.
Si el bebé ya ha nacido entonces deberá gestionarse a la niñera antes de que la madre regrese al trabajo, para que ésta pueda supervisar inicialmente el desempeño y la relación que van desarrollando niñera y niño.
Para conseguir a una niñera existen infinidad de sitios dónde buscar pero lo ideal, según las recomendaciones de Rubio, es buscarlas por referencia de algún familiar o amigo que la pueda recomendar o en agencias de empleos que ofrezcan este servicio.
No obstante a las recomendaciones, es preferible seguir buscando y no conformarse con una sola opción. Los padres deben entrevistar personalmente a varias candidatas y tomarse su tiempo en evaluar diversos aspectos de su personalidad, así como indagar sus experiencias previas.
Preparación de una niñera
Cuando los padres buscan a una niñera no solo esperan que atienda a sus hijos, más bien esperan de ésta que tenga la mayor disposición para el trabajo, que sea responsable y confiable, que tenga mucha paciencia, que sea divertida, que sea de trato amable y respetuosa y sobre todo con buen carácter.
Pero además es necesario que tenga manejo de ciertas herramientas educativas que den como resultado el éxito en la labor a realizar.
Según Pilar, la niñera “debe al menos leer y escribir, hablar español (o el idioma de la familia), debe tener conocimientos de primeros auxilios (especialmente cuando los niños son muy pequeños), lo esencial de buenos modales, manejo de la higiene (personal, del niño y de los utensilios y juguetes del bebé) y al menos debe conocer algo de estimulación temprana”.