1. Sin ti no podría vivir/ Sin ti también me iría muy bien:
Ya somos adultos y podemos sostenernos con nuestros propios pies, no somos dos niños buscando a sus padres. Sin ti también me iría muy bien, pero me hace feliz que estemos juntos.
2. Te quiero por ti mismo/ Te quiero por ti mismo… bueno a pesar de ti mismo:
Es un gran regalo amar las sombras del otro, su ego, dificultades, y ser bueno con ello, eso significa que tenemos las capacidad de reconocer a nuestra pareja en su realidad más sombreada. Podemos ver a nuestra pareja como un campo de crecimiento en donde se liman las asperezas del ego gracias a que el amor compartido es capaz de soportarlas.
3. Hazme feliz/ Siento el deseo espontáneo de que seas feliz:
La pareja no está pensada para darnos la felicidad pero si se acerca a algo parecido a la dicha. Sentimos que pertenecemos a algo, creamos una intimidad, un vínculo.
4. Quiero una pareja/ Mejor me preparo para ser pareja:
El exceso del “yo” y de individualidad por encima del “nosotros” lleva a la pareja a un espacio de increíble libertad y al mismo tiempo nos expone a más soledad e incertidumbre. Si quieres tener pareja debes de trabajar en tu interior para encontrar tu propio tono y manera para ser compañera/o.
5. Te lo doy todo/ Mejor dame lo que me mantiene en el mismo rango que tú:
Debe haber igualdad, procurar un intercambio de equilibrio y justicia para mantener una igualdad de rango. Otorgar mucho puede ocasionar en la otra persona un sentimiento de deuda. Es mejor dar lo que el otro puede devolver de alguna manera.
6. Dámelo todo/ Dame todo lo que tienes y eres y yo puedo compensar para mantenerme en mi dignidad:
Cuando una persona en una relación lo pide todo del otro, hay que sospechar dos cosas:
La primera: esa persona es un niño
La segunda: no va a llegar apreciar lo que se le da, se encuentra aferrada en un guion de insatisfacción que se alimenta de demanda, aunque sea atendida, no satisface.
7. Ojalá sea intenso y emocional/ Ojalá sea fácil:
Ciertas relaciones marchan con fluidez y facilidad, estas son resultado de un encuentro de dos naturalezas que armonizan a la perfección. Y muchas otras veces todo es difícil, a pesar del amor. Cuando una relación llega hacer intensa y emocional puede convertirse en desvitalizante.
Cuando mi pareja y yo nos convertimos en amigos
8. Lucho por el poder/ Cooperamos:
Excesivas batallas y sufrimiento entre hombres y mujeres nos llevan a la reconciliación. Es increíble cuando en la pareja ambos siente de corazón, que no hay mejor ni peor y que caminan juntos, cooperan, son compañeros, amigo, amantes, socios.
9. Yo pienso, tú siente y ante lo difícil sálvese quien pueda / Reímos y lloramos juntos y juntos nos abrimos a la alegría y el dolor:
Cada pareja se enfrenta a algún momento difícil y que duele: hijos que no llegan, abortos, muertes de familiares, enfermedades, estos son asuntos que ponen a prueba la capacidad de aguante de la pareja o que puede fortalecerla o al mismo tiempo derrumbarla.
10. Que sea para siempre/ Que dure lo que dure:
Entrar en el juego del amor significa volverse también candidato del dolor a un posible final. Ahora se habla de una monogamia secuencial, quiere decir que estadísticamente tenemos entre tres y cuatro parejas a lo largo de nuestra vida, con el consecuente estrés y emociones complejos que ello conlleva. Cuando llega el final, aprendemos el lenguaje del dolor, la ligereza y el desapego, para después regresar al juego del amor y de la vida.
11. Primero los padres o los hijos y luego tú/ Primero nosotros, antes que nuestras familias de origen y que nuestros hijos en común:
El amor se desarrolla mejor en universos de relación ordenados: que los padres sean padres y los hijos sean hijos, que la pareja que se a creado (puede incluir a hijos de relaciones anteriores) tenga prioridad frente a parejas anteriores o frente a las familias de origen. Algunas personas dan mayor importancia a los hijos en común que a los anteriores, lo cual creo malestar. Una pareja posterior debe saber que tiene más posibilidad de ocupar un buen lugar si asume que los hijos de su pareja estaban antes y respeta su prioridad.
En mi casa mi marido es el rey y yo soy la reina
12. Te conozco/ Cada día te veo y te reconozco de nuevo:
Algunas parejas no se vinculan con la persona que tiene al lado, sino con la imagen interior que han ido formando de ella a lo largo del tiempo. Se concentran de vivir en el pasado y se olvidan de ponerse al día. Para poder evitarlo, abre la percepción a cada momento nuevo y a dar a la otra persona por supuesta.
Joan Garriga
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