No es coincidencia que una de la películas más famosas de dibujos animados, Los Increíbles, tenga como uno de sus personajes a la madre de familia con poderes elásticos, pues en realidad hoy en día se espera que las madres se desenvuelvan con sus poderes “multitask” en las diferentes tareas que desempeñan a parte de sus otros roles de mujer (esposa, empleada, empresaria, amiga, líder de una comunidad, etc).
Las expectativas de la sociedad, de los padres, esposos y sobre todo de los hijos es que mamá pueda hacerse cargo de todo y hacerlo bien, volviéndose una relación donde siempre esperamos recibir mucho y lo mejor de las madres, y en realidad en casi todos los casos ellas sobrepasan las expectativas; lo que pasamos desapercibido es que el combustible para que puedan llevar a cabo su rol de madres de manera tan extraordinaria proviene del resto de la familia y se llama “amor”.
Este artículo es una prueba de lo que hablamos, pues escribimos sobre este tema en mayo, mes de las madres, pero que ocurre el resto del año? De la misma manera nos volcamos a comprar y organizar detalles para mamá en este mes, pero y el resto del tiempo? La presión que una madre recibe por parte de la familia para utilizar sus poderes de “mujer elástica” puede llevarla al agotamiento emocional si no recibe constantemente ese amor expresado en atenciones, detalles y reconocimiento. No podemos vivir sin mamá, así que es importante que cuidemos de ella.
La influencia y el impacto de las madres en los hogares es algo espectacular: su sexto sentido para prevenir situaciones, las atenciones a la familia, el cuidado cuando alguien se enferma, la organización en el hogar, la planificación de todo lo que se hace, las tareas de los chicos, las reuniones en los colegios, el estar pendiente de los cumpleaños de todos incluyendo los amigos y amigas de sus hijos, ese cariñito apasionado en momentos esperados e inesperados, sus consejos, su risa, sus lágrimas, su alegría, su voz, las chancletas que doblan esquinas, el llamado a sus hijos con los dos nombres que les puso cuando algo ha pasado – “Ricardo Ernesto!” – como me decía mami y yo quería que la tierra me tragara; aquellos baños con agua caliente y hojas de eucalipto para la gripe ya siendo un “manganzón” de 15 años.
Quisiera que este artículo moviera los corazones de los lectores a dedicar más tiempo a honrar a mamá, a enseñarle a nuestros hijos a hacerlo, a aprovechar los años que le quedan a nuestro lado ya sea joven o viejita, a proponernos simple y sencillamente amarla cada día a través de nuestra sonrisa, un saludo, un abrazo, un compartir, o prestarle atención y escucharla. Ella está a nuestro lado con el propósito de cuidar de nosotros, pero nosotros la tenemos con el propósito de ser recíprocos en amor hacia ella, pues nos necesita más de lo que nos imaginamos.
Por: Ricardo Cañas
Especialista en Motivación