Una enfermedad del momento y aparentemente muy contagiosa… pasó a ser una pandemia porque escucho hablar de ella en todos los continentes… le llaman «No tengo tiempo».
Gran parte de la población navega con la corriente y, al aumentar las personas dentro del río, el caudal se agranda y ya comienza a desbordar. Algunos se van quedando en el trayecto y pocos tratan de construir un barco que los lleve al puerto deseado.
Estamos educando a nuestros hijos para que sean víctimas de dicha enfermedad y somos felices con eso. ¿Qué estamos felices con estar intoxicados por ella? Creo que sí porque pocos hacen lo posible por mostrar un camino diferente a quienes educan. No tener tiempo es ya casi un símbolo de estatus. Poner a los hijos a desarrollar diferentes tipos de inteligencias es una de las grandes causas de una sociedad que vive en la prisa, recibe temprano los problemas cardíacos y se ve envuelta en la moda del Burnout.
Nuestros hijos hacen deporte, van a clases de arte (música, canto, piano, ballet, pintura…), estudian idiomas, la escuela tiene horario extendido, toman refuerzos de clases en las tardes, hacen tareas y mucho más. Al querer que tengan todas las inteligencias desarrolladas al mismo tiempo los instruimos para que sean unos «No tengo tiempo».
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¿Los estamos preparando para ser felices en la vida? ¿O sólo los preparamos para una vida que para nosotros mismos no es vida?
Hay una queja común para casi todo lo que nos pasa: «La sociedad de hoy…» Sí, «ella» es mala, nos empuja, nos lleva por caminos, influencia, daña… ¿Quién es la sociedad? ¿Estamos haciendo algo para que «ella» sea mejor?
¿Están todas las sociedades en lo mismo? He decidido vivir mi vida en dos países y visitar algunos más. No puedo decir que todos están actuando de la misma forma.
El tiempo es demasiado importante para no tenerlo en cuenta. No desperdiciemos este recurso no renovable. Debemos asignar nuestro tiempo de tal modo que lo consideremos una acción para generar algo deseado y no como una reacción por no tener opciones.
Hay demasiadas maneras de tener el tiempo bajo nuestro mando, nunca bajo nuestro control. Podemos decidir qué hacer con él, pero más importante es cómo ejecutar las tareas para que nos dé tiempo de realizar aquello que realmente consideramos importante.
Lo básico es: realizar las tareas de una forma que no perdamos tiempo; aprender a no posponer (lo que nos quita tiempo y acaba con nuestra tranquilidad); sepamos efectuar menos reuniones, más efectivas y acabar con la reunionitis aguda; logremos llamadas telefónicas exitosas y de duración restringida; manejarnos asertivamente dentro de la era tecnológica; asignar el tiempo a lo que consideremos importante para nuestra vida; y mucho más. La idea es que si usted siente que «no tiene tiempo» algo debe hacer de otra manera si quiere lograr resultados diferentes.
Diego Sosa
Consultar / Coach / Escritor y Conferencista Dominicano
diego@diegososa.info
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