El doctor José Dunker, psiquiatra, terapeuta y productor del programa “En Familia con la Z” tiene un apostolado con el matrimonio, al que define como el espacio idóneo de crecimiento y realización de los individuos, siempre y cuando cada miembro de la pareja asuma con la más absoluta seriedad una serie de compromisos emocionales, sociales y espirituales con el conyugue .
En su libro «Mejor que cuando novios» el doctor Dunker denomina estos compromisos como “Las cláusulas del contrato matrimonial”. Si bien estas normas de convivencia conyugal pueden rozar el tema legal, el contrato asumido en cada matrimonio, a decir de este especialista, trasciende cualquier jurisdicción humana, es un decálogo de valores para la vida marital se contrae con Dios y esa persona a quien prometemos acompañar, respetar y amar en las buenas y en las malas.
Nada más importante que mi pareja. Ni los amigos, ni los hijos, ni la familia extendida, ni el trabajo. Un buen esposo da la primacía a su esposa y viceversa. Se afana por agradar y hacer sentir amad@ a su compañer@.
Momentos de exclusividad con frecuencia. Mantener un espacio íntimo (cama, habitación), conversar sobre temas que solo competen a la pareja todos los días (dejando fuera problemas familiares, laborales y domésticos no cuentan) y salir solos por lo menos una vez a la semana, son parte de las recomendaciones del doctor Dunker para alimentar el amor en el matrimonio.
Exclusividad sexual. En este tema no hay terceros a bordo. Cuando los miembros de una pareja tienen exclusividad sexual preservan su intimidad física y emocional, cuidan su salud, están obligados a ser creativos, a buscar nuevas formas de amarse para evitar la monotonía. Esto implica también no contar a nadie lo bueno o malo que pasa en la alcoba, todo lo relacionado a lo sentimental y sexual es asunto de dos. Si hay alguna dificultad la pareja debe consultar a un especialista, explica Dunker, porque hasta los consejeros espirituales pueden causar ruido en este espacio sagrado.
La suerte del matrimonio depende de los dos. Cada uno debe llevar el 50 por ciento de la carga, de las responsabilidades, de los compromisos y al mismo tiempo es el responsable de la mitad del amor, de los cuidados, de los mimos, de la felicidad.
La clave de una buena comunicación es tener una actitud positiva. Hay que abrirse al otro, escuchar, no afanarnos en imponer nuestra visión e ideas, consensuar. Una actitud positiva hace más fácil encontrar las alternativas de solución ante las dificultades o aminora la carga negativa de lo que no podemos resolver. El doctor Dunker habla de lo pernicioso que atacar al compañero como si de un contrincante se tratara y ver en los demás los culpables de las situaciones difíciles.
La económica es común. Nada de cuentas separadas, ni clavos escondidos. Las responsabilidades, los ganancias y las deudas se comparten en el hogar, por eso hay que se prudente, considerad@ y respetuoso de ese fondo común.
En la casa mi mujer es la reina y yo soy el rey. Hay que exaltar las viturdes de la pareja, admirar sus cualidades positivas, valorar sus logros, sentir y mostrar orgullo por sus triunfos.
Tener una misma fe, de preferencia una misma religión, una misma tabla de valores y creencias que se compartan y fortalezcan mutuamente. Estar en desacuerdo en los temas fundamentales de la vida es un obstáculo que pocas parejas pueden superar.