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Amar debería ser un acto natural, pero algunas parejas no saben como demostrarlo cada día. Este artículo te abrirá los ojos y veras lo que siempre has tenido al frente

No debe haber tarea más desgastante cada día que hacer hasta lo imposible para demostrar que se ama a la pareja.

No debería ser así, amar debería ser un acto tan natural como lo es respirar.

El asunto es que nadie está contento con lo que su pareja hace por él o ella, siempre quieren más y caen en el grave error de medir el afecto por el tamaño del detalle y con eso lo único que van a lograr es defraudarse día a día.

Comprendan algo, el amor no se fuerza: nace. De la misma manera que lo hace una amistad entre dos personas. Si no me equivoco, la única manera que una pareja puede empezar una relación es teniendo como preámbulo de la misma, una valiosa amistad.

En el matrimonio el amor y la amistad van de la mano

El amor a primera vista no existe, y me disculpo con quienes si creen en eso, ¿por qué no creo? Porque lo que se da entre una pareja que muchas veces se confunde con amor, es atracción. La misma que se acaba por efecto del paso del tiempo y la costumbre. ¿Qué quedaría entonces al acabarse la atracción física? Depende, amor si es que a través del trato ameno, el mismo ha surgido entre la pareja, y si no, pues solo un «mucho gusto en haberlo conocido».

Amar debería ser un acto natural. Piénsalo, ¿De qué manera sabes que tu pareja te ama? Descubrirlo es casi que visceral. Si se preocupa por ti, busca tu felicidad antes que la propia, te tiene confianza, se abre contigo incluso en las cosas más insólitas; agreguémosle el hecho de que tenga detalles especiales y que te escucha, que tiene consideración contigo, que respeta los momentos en donde deseas estar solo e incluso te tiene confianza en lo que se refiere al ámbito sexual, respetando siempre tus deseos; entonces, debes saber que NO se llega hasta esas instancias si el amor de pareja que los llevó un día a unir sus vidas en matrimonio no fue en sus inicios una gran amistad.

Ahora bien, lo único que me queda por decir es que, aprovechen cada muestra de afecto y momentos juntos, lo único que queda en la vida no es lo material sino lo que no se puede atesorar solo que en nuestras memorias.