Los libros tienen el poder de trasladar a un mundo de imaginación, fantasía y magia, y está en las manos de los adultos el hacer que los pequeños viajen a ese mundo maravilloso donde podrán desarrollar su creatividad e imaginación. Nosotros somos el mejor ejemplo, si ellos nos ven leer un libro, nos imitarán y se introducirán sin darse cuenta en el apasionante mundo de la lectura. Además, si les narramos cuentos en voz alta, y, si les proporcionamos algunos juegos que hagan aún más divertido el hábito lector, tendremos unos futuros adultos que disfrutaran enormemente con un buen libro.
Algunos de los juegos que se pueden realizar son los siguientes:
El juego de las voces: Cualquier cuento por pequeño que sea puede transformarse en un juego de voces y ruidos. A los más pequeños les encanta escuchar los cambios de tono: las voces agudas, las graves, las que imitan a los niños, a una bruja, los sonidos del agua etc.
Dibuja la historia: Sólo se necesitan lápices de colores, cartulinas y un narrador. El juego consiste en que los niños y niñas representen las distintas tramas del cuento: el principio, el nudo y el desenlace. Pueden hacer tantos dibujos como quieran, lo importante es dejar libre su creatividad. Además, observando sus dibujos se pueden aprender cientos de cosas: lo que más llama su atención será lo más grande, lo que menos le gusta lo omitirá o será muy pequeñito… ¡Les encantará tener sus propias ilustraciones de los cuentos!
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Haciendo teatro: Es hora de sacar del baúl de los recuerdos: un sombrero, unos guantes, collares de plástico, cinturones o un chaleco. Cualquier ropa antigua será el perfecto disfraz, también ayudará un set de maquillaje infantil para caracterizar unos bigotes, una cicatriz o unos coloretes. ¡Representarán su cuento favorito y los niños les encantarán!
El súper detective: Si lo que se quiere es desarrollar su atención, sólo hay que proponerles que sean un “Súper detective”. El juego consiste en buscar pistas secretas: pueden ser colores, palabras que empiecen por la “A”, la “B”, palabras en plural, en femenino, en masculino, palabras que se escriben con “H”. Puede establecerse un límite de tiempo o de palabras y al final pensar en una gran recompensa.
Inventando o creando otro final: Seguro que hay algún libro con un final poco divertido, así que la solución es tratar de inventar entre toda la familia el desenlace perfecto. Cada uno aporta su idea y entre toda la familia se decide que “trocito de historia” es el mejor.
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