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Si tienes dos o más hijos, es posible que no puedas comunicarte con todos de la misma manera.

«TODOS» somos diferentes, ésta es una generalidad real y debemos tenerla en cuenta para enfocarnos de una manera más flexible en la educación de nuestros hijos.

Es importante conocer como nuestros hijos perciben su entorno y cual es su forma de expresión ya que de eso depende como expresa sus emociones, sus sentimientos, sus necesidades y la manera en que prefiere que se las expresen.

Cada uno de nuestros hijos tiene características diferentes que lo hacen único, así como un canal preferente para interpretar la información que le trasmitimos. Si detectamos cual es el canal de su preferencia, podremos lograr entrar en una mejor sintonía con ellos.

Visual. Si su canal preferente es visual: pondrá mayor atención a lo que ve, a las formas, al orden, a su apariencia física, la ropa que se pondrá estará en base a lo que se le vea bien, no tanto a si es cómodo. Preferirá que le veas a los ojos cuando le hablas y verte cuando te habla. Es receptivo a los mensajes escritos.

Auditivo. Si su canal preferente es auditivo, dará mayor atención a lo que escucha, cómo suena, los tonos de voz, la música, etc. Es muy posible que no perciba mucho el orden, la limpieza, ni su apariencia personal. Es posible que no ponga mucha atención a los mensajes escritos, pero si a las cosas que le dices y te enfatizo que notará bastante el tono en que se lo dices. Y si deseas reafirmarle tu amor, decírselo será muy importante.

Kinestético. Si su canal preferente es kinestésico, dará mayor atención a lo que sienta, la comodidad es un factor importante aquí y si la ropa le molesta de alguna forma, seguro se la quitará. Elegirá posturas cómodas inclusive al sentarse.. Puede ser que tenga también agudizado su sentido del olfato y perciba olores que otros ni siquiera detecten. Es muy posible que prefiera recibir muestras de amor que impliquen abrazos, besos y en general el contacto contigo.

Cada persona es diferente y debe ser tratada como tal, cuando destacamos alguna cualidad en nuestros hijos vamos determinando su personalidad y si esas cualidades son negativas «mi hijo es tímido», «es terrible», «es enojado», etc., puede limitarlo en muchas formas tanto en su niñez, como en su vida adulta. Evita las comparaciones, esto no fomenta su individualidad. Es recomendable que si vas a destacar una cualidad en la personalidad de tu hijo, sólo lo hagas con aquellas que puedan ser para su beneficio, para incrementar su autoestima y que le motive a ser mejor, tales como: Puedes «eres inteligente», «eres capaz», «puedes lograr lo que te propongas», etc. Permítete conocer a tus hijos como son, con sus diferencias, y seguramente podrás ver y tener información importante de ellos.