Todos sabemos de la importancia que tienen tanto una madre como un padre en la educación y en el desarrollo emocional de sus hijos. Pero siempre leerás y oirás hablar de lo importante que es el vínculo afectivo maternal y de las excelencias de la madre en la crianza de los niños. Y tienen toda la razón, pero ¿y el padre?
Las nuevas generaciones de padres tienen una implicación en la crianza de sus hijos. Está claro que aún no podemos generalizar como al nivel de la madres, pero ya empiezan a implicarse, a colaborar en las tareas domésticas, a preocuparse por los deberes y las actividades extraescolares, a pasar más horas cuidándolos, porque ahora la mujer trabaja, o simplemente porque ahora le dan más importancia al tiempo que pasan con sus hijos.
Nunca debemos olvidar que la figura de un padre es irremplazable y su aporte en la crianza único y valioso para el niño, Aquí te citamos algunas ventajas:
Modelo masculino a seguir. Los niños necesitan de modelos para su desarrollo y el modelo masculino es imprescindible.
Aporta amor, cariño y comprensión. El padre aporta amor a sus hijos, no solamente los valores familiares clásicos que se le atribuye como son el respeto, la disciplina y la autoridad.
Expresan seguridad. Cuando los niños buscan seguridad ante el temor a algo desconocido, buscan al padre, ya que los hace sentir seguro y protegidos.
Mejora el desarrollo de las habilidades sociales y emocionales. La facilidad de relacionarse con los demás mejora cuando son niños de padres involucrados en la crianza.
Ayudan en la tarea de exploración y de conocimientos de su entorno. Los juegos del padre con el bebé los primeros años de vida favorecen en la exploración y el conocimiento de su entorno y de su propio cuerpo.
Los padres de esta generación quieren cuidar y amar a sus hijos, ya es hora de reconocer la importancia del vínculo afectivo paterno.