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La lectura es uno de los mejores regalos que podemos hacer a nuestros hijos. Requiere esfuerzo y no siempre es un camino fácil, pero en nuestra mano está la posibilidad de ofrecerles oportunidades de leer y disfrutar, de procurar que las primeras experiencias con las letras y las palabras dejen en niños y niñas un buen sabor de boca.

¿Cómo actuar?

·   Infunde entusiasmo cuando cuentes historias y hables de libros, es la mejor forma para que se produzca el contagio.

·   Impregna de afecto todos los momentos del día dedicados a contar y a leer. De forma relajada, en lugar confortable, de manera ritual, comparte historias y transmite confianza a tu hijo.

·   Trata con respeto los intereses y gustos de los niños y niñas. La lectura es una opción personal a la que se acude en libertad, que no admite imperativos. Si queremos que se convierta en un hábito, mejor no imponer, sino invitar.

·   Crea situaciones de comunicación, invita a tus hijos a expresarse sobre sus lecturas, comenta con ellos lo que tú has leído, escúchales y habla con ellos de libros.

·   Reconoce sus esfuerzos, bríndales tu apoyo, transmíteles ánimo, déjales elegir, que le den sentido a sus lecturas y adquieran cada vez más protagonismo.

·   Aporta toques de humor que aderecen el plato y lo hagan más sabroso: jugar con el lenguaje, cantar, contar y leer historias que favorezcan la diversión en compañía y que os hagan reír juntos.

Sin pausa pero sin prisas, sin agobios ni precipitaciones, cultivemos en casa la lectura como acto gratuito sobre el que no cabe que exijamos nada, como oportunidad para encontrarnos, para hablar y escuchar.

En este video, ocho niños y jóvenes ofrecen su definición de la lectura (en menos de 25 palabras):

http://www.lecturalab.org