La infancia es el periodo decisivo para enseñar a nuestros hijos herramientas para vivir la vida con bienestar. Un ambiente familiar que favorezca y modele estas habilidades, potenciará el desarrollo de su inteligencia, vida emocional y comportamiento social.
Habilidades emocionales: confianza en sí mismo, autoestima, autonomía, motivación, perseverancia, manejo de las emociones y del estrés.
¿Cómo ayudar?
• Verbalizar sus emociones y ayudarle a identificarlas y expresarlas
• Permitirle tomar la iniciativa y ocuparse de sí mismo
• Permitirle elegir y entender que todos tienen derecho a equivocarse
• Validarlo continuamente
• Proporcionarle experiencias nuevas y apoyarlo en los retos
Habilidades relacionales y comunicativas: conocimiento de sí mismo, capacidad de empatía, comunicación asertiva, relaciones interpersonales.
¿Cómo ayudar?
• Ayudarlo a conocerse, descubrir sus gustos, sus fortalezas y sus debilidades
• Hablarle continuamente e involucrarlo en las actividades diarias
• Invitar amigos a la casa o ir a casa de amigos
• Favorecer la comunicación: escuchar y compartir las ideas
• Interesarse por lo que dice
• Evitar el exceso de audiovisuales
• Enseñarle a respetar y ayudar a los otros
Habilidades cognitivas: pensamiento crítico, pensamiento creativo, capacidad para tomar decisiones y resolver problemas.
¿Cómo ayudar?
• Crear un entorno rico en estímulos: juguetes adecuados, cuentos, materiales sensoriales y de expresión (masilla, pintura, marcadores…)
• Permitirle actuar y jugar en libertad
• Estar disponible para él y acompañarlo en sus descubrimientos
Habilidades físicas: moverse, manipular los objetos, explorar el espacio.
¿Cómo ayudar?
• Crear espacios en la casa donde pueda manipular y moverse
• Favorecer el deporte y actividades al aire libre
• Conocer y cuidar su cuerpo
Las actividades extracurriculares adecuadas para el desarrollo de nuestros hijos favorecerán:
• La capacidad de actuar por sí mismo y jugar en libertad. Esto desarrolla su interés por el mundo, su atención, imaginación y creatividad
• Las relaciones sociales
• El deseo y el placer de pensar y aprender
• El conocimiento de sí mismo y el sentirse competente.
Por: Isabella Paz
Pedagoga Terapeuta y Psicomotricista