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Por años fuimos un segmento prácticamente inactivo de la población hasta los últimos 40 años, donde hemos logrado participación en todos los ámbitos. El rol de ser solo la fuente de unión familiar, ahora es compartido con los diferentes roles que hemos alcanzado en la sociedad moderna.

La búsqueda de satisfacer nuestras necesidades básicas, nuestros sueños y aspiraciones, nos han permitido desarrollar habilidades y cualidades que nos han permitido desarrollar nuestras facultades y expresarlas. Sea a través del compromiso con una profesión, como madres o como instrumento de cambio social.

Como madres nuestro papel en el desarrollo del aspecto psicológico emocional de nuestros hijos es significativo y clave. No solo somos creadoras sino también educadoras y modelos de las disciplinas, formas de comunicación, manejo de emociones y aspiraciones a futuro que nuestros hijos tengan.

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A nivel corporativo, el grado de participación alcanzado por la mujer es, fuente de grandes cambios en los resultados y oportunidades para las grandes corporaciones.

El gran reto hoy es lograr el balance. Ya que nos hemos identificado tanto con estos roles que muchas nos olvidamos de que no somos máquinas de resultados, sino humanos, con necesidades propias que al ser descuidadas ponen en peligro no solo al ser que somos sino, a todo eso que hemos construido y afecta a todo aquel al que impactamos, desde cada miembro en nuestro hogar hasta repercutir en la sociedad como tal.

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En este mes, que es nuestro, de la mujer, sería interesante hacernos algunas preguntas para ver qué tan bien llevamos dicho balance, para sino, hacer los ajustes necesarios y lograrlo.

Preguntas Poderosas

-Haz una lista de los roles que hoy cumples.

-Ejemplos: Madre, esposa, empleada o empresaria, hija, hermana, persona, política, amiga, entre otros.

-Descubrir que tan satisfecha podrías sentirte con cada uno de tus roles e identificar los ajustes para crear un balance, serían excelentes metas para un año apenas en pañales.

Kirssy Lorenzo

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