En la educación de nuestros hijos, es clave que como padres tengamos expectativas claras para ellos. Los niños necesitan que sus padres esperen grandes cosas de ellos. No esperar nada en particular garantiza que nuestros hijos no se esfuercen por cumplir las normas más básicas para la convivencia.
Ayudemos a nuestros hijos a integrarse en actividades fuera de casa teniendo las siguientes expectativas para ellos:
Que sean educados.
Desde pequeños, nuestros hijos deben saber que esperamos una respuesta educada a cualquier petición nuestra. No se vale gruñir ni patalear cuando les pidamos que vengan a comer o que vayan a lavarse los dientes.
Dentro de nuestra casa, debemos esperar siempre las palabras mágicas “por favor y gracias” en uso diario y por costumbre entre todos los miembros de la familia para que se hagan automáticas.
Que pongan atención.
En casa, cuando les hablamos a nuestros hijos, nuestra expectativa clara es que pongan atención y escuchen.
Pueden practicar esta costumbre en la mesa durante las comidas, exigiendo que todos participen en la plática sin interrumpir y escuchando con atención a los demás.
Que sean pacientes.
Nuestros hijos no deben crecer creyendo que tienen derecho a una respuesta inmediata cuando quieran algo. Es muy importante que nuestros hijos sepan esperar su turno; así les ayudaremos a no frustrarse. En el mundo afuera de la casa tendrán que aceptar que no siempre pueden tener lo que quieren al instante.
Que hagan su mayor esfuerzo.
Las expectativas para nuestros hijos no es que siempre ganen, o que saquen calificaciones perfectas en la escuela. Sin embargo, deben saber que esperamos que siempre hagan su mejor esfuerzo en la escuela, en la casa y en actividades extracurriculares.
Que sean ordenados.
Nuestros hijos deben saber que tenemos la expectativa de que la casa se mantenga limpia con el esfuerzo de todos. Desde pequeños, debemos acostumbrar a nuestros hijos a colaborar en los quehaceres de la casa
Que respeten la estructura familiar.
Las expectativas que tengamos definen el ambiente en la casa. Los valores que idéntica nuestra familia son verdades aceptadas por todos y llegan a ser actitudes que trascienden las puertas del hogar.
El niño que cuenta con una estructura en casa, se adapta sin problemas a las expectativas de convivencia fuera, sabe seguir las instrucciones y cumplir su función como miembro de un equipo y sabe respetar a los mayores. Ese niño será capaz de construir amistades positivas basadas en el respeto y la buena comunicación.
Dales a tus hijos las herramientas para el éxito, dejándoles saber que siempre esperas lo mejor de ellos.