Estudiosos de Harvard han dado seguimiento a personas que han ganado la lotería, han recibido herencias inesperadas, etc. Personas que han recibido grandes alegrías. El objetivo era encontrar el tiempo que perdura la euforia que provoca el cóctel de hormonas que corre por el cuerpo cuando llega la noticia.
Pasamos soñando con ese momento y con la vida que llevaremos después de ese gran instante. Pensamos que la felicidad será eterna al conseguir el sueño dorado. Aunque también los hay que no saben qué harán con ese dinero de verse con él entre sus manos.
¿Sabe usted qué haría si recibe un premio de un millón de dólares? Piénselo por un minuto, aunque usted no juegue la lotería. Le informo que la mayoría de las personas piensa en la manera en que lo gastará, y no tanto en la manera cómo lo hará feliz el dinero. Y es que para algunos gastarlo sería la felicidad.
Construir la felicidad no se hace sólo con dinero. En mi libro Tú Eres la Estrella trabajo cinco áreas del humano en equilibrio: Dinero, tiempo, relaciones, emociones y el cuerpo. Ese equilibrio, y una actitud adecuada hacia la vida, es lo que realmente puede traernos la felicidad diaria.
Dinero sin salud no ayuda en mucho; las buenas relaciones personales no se compran con dinero… dicen por ahí que lo mejor de las deudas es que alejan a los amigos falsos; si no tiene tiempo para disfrutar del dinero, el dinero no representa mucha felicidad en la vida; y le aseguro que las mayores emociones positivas no las da el dinero, sino un sinnúmero de situaciones que no cuestan, pero lo valen todo.
La conclusión de los estudios dio que las grandes alegrías se desvanecen después de 3 meses. Ese tiempo dura como máximo la euforia, después de ahí todo pasa a ser normal… hasta una enorme fortuna.
Lo que no muestra el estudio es lo que pasa con esas personas después de dos años… según mi experiencia, son más tristes que antes de su gran alegría. Se han alejado de los verdaderos amigos, no tienen tiempo para nada, es difícil conseguir grandes satisfacciones, han descuidado su cuerpo y muchas veces el dinero se ha terminado y están llenos de deudas.
La felicidad no llegará con un camión de dinero, la felicidad se construye a cada instante. Abrazar a un ser querido, ayudar desinteresadamente a quien lo necesite, provocar una sonrisa en alguien, enseñar sin esperar nada a cambio, dar o recibir palabras con amor… en fin, la felicidad es una cadena de eventos que generamos nosotros, consciente o inconscientemente. La felicidad se vive cada día, no se busca, sólo se vive.
Autor: Diego A. Sosa / Coach, Consultor, Coach y Escritor / diegososa.info