Por lo regular pensamos que un trabajo mejor es donde aumentamos nuestros ingresos. Con ese dinero podremos comprar más bienes y eso aumenta la calidad de vida de los nuestros y la propia. ¿Es todo esto cierto? La experiencia nos dice que no es tan fácil como parece a simple vista.
Cuando buscamos un trabajo mejor debemos ponernos prioridades muy bien pensadas. Una cantidad importante de consecuencias será el resultado de nuestra decisión. Por otro lado, ¿cambiaríamos a un trabajo que nos dé menos dinero pero más horas libres? No muchos están en disposición de aceptar este reto para intentar mejorar su calidad de vida. Veamos algunos de los aspectos a tomar en cuenta en la valoración de un trabajo:
- Tiempo propio y de familia: La calidad de vida tiene un componente de suma importancia, el tiempo. Piense cuánto tiempo le da su trabajo para que pueda acompañar el crecimiento de sus hijos, las actividades que le dan salud a usted, el compartir con su pareja, el divertirse con sus amigos o en su ambiente social.
- Dinero: Claro está que es un punto importante a tomar en cuenta, sin él no podemos compra nada; ni comida, ni juguetes, ni viajar. La pregunta es ¿dónde está el equilibrio?
- Posibilidad de crecimiento: Siempre queremos llegar a cubrir nuestras necesidades de autorrealización.
- Ambiente de trabajo: Llegar a casa de mal humor porque el jefe o los compañeros son insoportables arruina nuestra vida fuera de la empresa, y dentro de ella, ni hablar. Tener estas cuatro variables en equilibrio es la situación ideal. Claro está que no siempre es posible. Tome en cuenta que un cambio puede traer un desequilibrio temporal, haga su evaluación con la situación después de usted estar firme en su nueva posición. Lo importante en la vida, es precisamente, la calidad de vida.
No siempre una mejora en la clase social significa un aumento de calidad de vida.
Por: Diego Sosa / Consultor, escritor y conferencista internacional
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