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En época de recuperación económica el ahorro es indispensable. Pero esta responsabilidad no recae únicamente en una persona, sino que toda la familia puede colaborar en el ahorro familiar.

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Impulsar en nuestros hijos la necesidad de trazarse metas, sueños  y llegar a cumplirlos, de guardar para cubrir necesidades previsibles o imprevistas es a través  del ahorro. 

Pensar el ahorro como un hábito puede ir más allá de la acción repetitiva de guardar dinero, son muchos los beneficios y el aprendizaje significativo que nuestros hijos adquieren a medida que se introducen en el mundo del ahorro.

Cuando nuestros hijos ahorran de forma constante, lo convierten en un hábito, cuando esto sucede son conscientes y capaces de administrar sus recursos de mejor manera y seguir guardando. Ahorrar entonces no es sólo acumular dinero, sino también, cuidar de igual manera lo propio y lo público. También se ahorran recursos naturales, servicios públicos, malos tratos o palabras, entre otras cosas. El fomento de la cultura de ahorro genera confianza, además invierte las condiciones económicas de las personas para vivir más a partir del ahorro y menos a partir de las deudas, lo que siempre mejora la calidad de vida”.

¿Cómo motivar a nuestros hijos para que ahorren?

Lo fundamental es darles la posibilidad, propiciar el acceso, acercar el ejercicio y fundamentar la práctica. La mejor motivación son las metas que cada uno se puede trazar. En el caso del proyecto de ahorro escolar con libretas especialmente diseñada para los infantes. Con los más pequeños se puede iniciar con la alcancía, que es muy llamativa para ellos.

La formación escolar no incluye la educación financiera, las familias debemos incluirlo dentro de la formación de nuestros hijos. Darles una cantidad semanal a los niños y jóvenes les ayuda a aprender a manejar sus propios recursos, no le aumente la cantidad por situaciones imprevistas  y motívalos a que guarde para los días venideros.

Es primordial que nuestros hijos sepan que el manejo de los recursos es un tema importante y que es necesario ser riguroso con él. No le dé todo lo que pide porque crecerá pensando que todo se puede conseguir con facilidad, tan sólo con pedirlo. Aprenda a decir no, no todo es útil y necesario.

Nuestros hijos también pueden ahorrar su propio dinero y acostumbrarse paso a paso a ser responsables. Si les enseñamos la responsabilidad desde muy joven, nuestros hijos estarán preparados para lograr seguridad financiera como adultos.

Ahorro por etapa:

1. Bebés 

Tu bebé no puede ahorrar, pero tú puedes ahorrar en todo lo que compres para él. Con cada año hay muchos productos para hacer el cuidado del bebé más fácil pero, aunque algunos te resulten muy prácticos, otros sólo sirvan para usar espacio en el armario. Además hay cosas en que puedes ahorrar, y otras cosas para que vale la pena pagar más.

2. Niños 4-8

Aunque un niño de 4 años sabe muy poco de la matemática, puedes empezar a enseñarle que el dinero tiene límites y que todo cuesta dinero. En el supermercado, dile que puede elegir 1 tipo de cereal porque costaría demasiado comprar 3. Cuando compras juguetes, muéstrale 2 o 3 y permítale elegir uno. Así que se aprenda los límites del dinero.

Mientras crece tu hijo, cuéntale de tu trabajo, y explícale que trabajas para ganar dinero. Si quieres, dale la oportunidad de ganar cantidades pequeñas por hacer tareas extras en la casa, dale una alcancía donde ahorrar. Cuenta sus ahorros con él con regularidad. Cuando tenga dinero suficiente para comprar algo, va a la tienda con él, enséñale lo que puede comprar con el dinero que tiene, entusiásmalo. 

3. Niños 9-12

Con los hijos más grandes, muchos padres eligen dar «domingos,» o cantidades semanales. El semanal puede ser una herramienta buena para enseñar a tu hijo cómo ahorrar y gastar el dinero. Si quieres usar esta herramienta, es importante explicar cuáles cosas será para pagar, por ejemplo, no para pagar el almuerzo o la ropa necesitada, sino ropa «extra,» libros, juguetes, etc. También es importante explicarle cómo gane el semanal, que no se paga por las cosas esperadas como portarse bien y estudiar, sino por hacer trabajo adicional. Y no olvides que tú decides cuanto sea el semanal, no tu hijo. Anímalo a donar juguetes que ya no usa o una parte de su dinero para enseñarle la importancia de la generosidad.

Juega al ahorrar para hacerlo divertido. Hay juegos de mesa “Monopoly”, en el que puede jugar toda la familia. El Monopoly enseña cómo ganar, ahorrar e invertir el dinero. La mayoría de los niños de 10 a 12 años pueden entender cómo utilizar el banco. Con su propia cuenta bancaria, Nuestros hijos pueden aprender cómo hacer el balance de la cuenta y hacer depósitos etc., ir al banco con él y permitirle que él mismo haga los depósitos. 

Es bueno hablar con nuestros hijos  acerca de metas financieras y enseñarle la diferencia entre las metas pequeñas y las más grandes. Hablarle de las cosas pequeñas que quiere comprar pronto, cómo el MP3 más reciente de su grupo favorito, y las cosas más caras que quiere comprar después de ahorrar, como una bicicleta para el verano que viene.

Haz de los ahorros un reto personal para asegurar el futuro de tu familia.