La etapa que va desde primer año de vida hasta la pubertad es donde se encuentran la mayor parte del crecimiento de un ser humano. Los niños pequeños empiezan a introducirse al mundo de los grandes, se hacen más independientes, con habilidades de ser autosuficientes, con aprendizaje rápido del lenguaje y la comunicación.
En el otro extremo están los adolecentes de 18 años que también empiezan a introducirse en un mundo nuevo, son autosuficientes en muchas aéreas y empiezan a planear su futuro.
Durante su desarrollo y crecimientos cada etapa tiene unas características, después del crecimiento rápido de la primera infancia hay un periodo considerable de crecimiento lento que es la época del preescolar y escolar.
Los años de la escuela intermedia se consideran periodo de latencia antes del estirón de la pubertad y la adolescencia.
Cada joven tendrá su propio patrón de crecimiento y por ende de alimentación. Los padres deben comprender esto para que sepan que es normal y evitar forzar a los niños a alimentarse.
El crecimiento interfiere entre los hábitos de comer y los tipos de alimentos. Los pequeños prefieren coger la comida con la mano por que refleja hasta cierto punto su independencia. En los mas grandecitos las mañas se empiezan a sentir con la elección de las meriendas, los adolecentes prefieren comidas que estén acorde con su estilo de vida (todo rápido).
Así mismo los requerimientos nutricionales se ven influenciados por la velocidad de crecimiento, la masa corporal, la actividad física y el estado de salud principalmente.
En el caso de los requerimientos calóricos, estos son los más variables. Antes de los 10 años no hay diferencia con el sexo, pero después de los 11 años el sexo y la pubertad marcan la diferencia.
Una adecuada ingesta de proteínas es vital para un óptimo crecimiento. Los requerimientos proteicos disminuyen en la infancia y vuelven a aumentar en la pubertad. Dichos requerimientos van subiendo hasta los 12 años en las niñas y los 16 años en los niños.
Con relación a las vitaminas y minerales necesarios, es conocido que las vitaminas funcionan en numerosos procesos metabólicos, estas son usualmente cubiertas con la dieta normal por lo que no se recomienda administrar de forma rutinaria suplementos vitamínicos.
Hay grupos de riesgo que sí necesitan suplementos como son niños y adolecentes abusados o abandonados, con anorexia, asi como los que cursan con patologías crónicas.
El calcio es vital para la mineralización de los huesos, es crucial del almacenamiento de calcio en la medula ósea especialmente a las adolecentes por el riesgo posterior de padecer osteoporosis. La fuente más rica de calcio son los yogurts y el queso, la leche no tiene un aporte tan importante.
Lo mismo pasa con el hierro, las hembras por su pérdida mensual y su rápido crecimiento requieren mayor cantidad hasta 15 mg diario a diferencia del varón que solo necesita 12mg y los niños con 10 mg es suficiente.
Por Leandra Cordero Oñate