Enseñar a un niño a comer bien es una DURA TAREA que los padres deben realizar desde el principio.
No se trata sólo de dar a los bebés leche y luego ir introduciéndoles las verduras, la carne y el pescado cuando mande el pediatra, se trata de inculcarles una sana cultura alimenticia, base esencial del desarrollo de los musculas, oseo y cerebral en la etapa infantil.
Los niños deben ser educados en la creencia cierta de que una golosina o una bebida carbonatada, se ingieren solo de manera eventual. Se les debe explicar claramente que los alimentos artificiales son malos para su salud, aún tenga un rico sabor.
A continuación te detallamos alimentos y costumbres alimenticias que nunca deben faltar en su dieta. No decimos que haya que obligarles a tomarlos todos si no les gustan, pero si que poco a poco, con paciencia e imaginación, los padres deberíamos ir haciendo que los prueben y los vayan comiendo.
Desayuno: Comida del día que por ancestral costumbre peor se hace, y probado está que el desayuno influye en el estado de ánimo y energético del resto del día. Lo perfecto para que un niño afronte la mañana escolar es: fruta o zumo natural, pan o cereales y leche o yogur.
Proteínas: Sus cuerpos en pleno esfuerzo de crecimiento las necesitan a diario. Las encontrarás en la carne magra, pescado, queso, pollo o legumbres. De todas formas, hay que intentar que la cantidad de proteínas diarias siempre sea menor que la de hidratos de carbono.
La proteína del huevo: Hacemos un caso aparte con el huevo ya que es el único alimento que contiene todos los nutrientes básicos que el cuerpo necesita. Pero no le des más de dos o tres a la semana.
Hidratos de carbono: Presentes afortunadamente en los alimentos que más gustan a los niños. La pasta y la patata, de digestión lenta que aportan energía durante más tiempo. El arroz, los cereales y las legumbres, imprescindibles para su crecimiento, les aportan fibra y fuerza. Los hidratos deben estar todos los días en su dieta.
Grasas: Aunque con mala prensa porque aportan “kilos más” son insustituibles en la nutrición de un niño, eso si, deben ser de calidad: el aceite de oliva, el pescado, los frutos secos y el queso.
El calcio: Probablemente, lo más importante para que sus huesos se formen correctamente. Todos los días y varias veces el niño debe beber leche o comer queso o yogur, este último además, le protege la flora intestinal. Pero, procura que no sean los super azucarados o sucedáneos encubiertos de yogur.
Las frutas y verduras: Los alimentos que normalmente dan más problemas para que gusten a los niños pero que no debemos dejar de darles. En realidad, al día deberían tomar cinco raciones de algunos de ellos. Intenta llevar frutas fáciles de comer al parque o cuando salgas de casa para dárselas entre horas cuando tenga un ataque de hambre, ya que las vitaminas que aportan las frutas son muy parecidas a las de las verduras y normalmente gustan más.