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La Obesidad es una enfermedad que limita y/o atrasa el desarrollo de los niños a nivel físico y psicológico, pero además es un factor de riesgo para el desarrollo de otras enfermedades. La prevención de la Obesidad Infantil se enfoca en la adquisición y mantenimiento de hábitos de alimentación saludable, la realización de actividades físicas, deporte y/o recreación y de patrones de sueño adecuados. La Lactancia Materna es el primer gran aliado en prevenir la Obesidad Infantil.

Una alimentación balanceada, en cantidad y variedad de nutrientes, le garantiza a los niños de cualquier edad un crecimiento adecuado, los protege de varias enfermedades y potencia sus habilidades y destrezas. En cuanto más temprano aprendan a comer sano más fácil será para que mantengan los buenos hábitos a lo largo de sus vidas.

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Es responsabilidad de los padres que sus hijos consuman alimentos que les aporten los nutrientes que necesita su organismo para mantenerse funcionando y desarrollando adecuadamente. También es necesario que se mantenga el control de las porciones que consumen en cada comida para evitar déficits o excesos nutricionales. Una alimentación bien proporcionada les garantiza a los niños la cantidad de nutrientes adecuada para mantener los procesos internos y tener reservas para situaciones especiales como episodios transitorios de carencia y/o enfermedades.

Algunas de las consecuencias de la desproporción nutricional son problemas de aprendizaje, sobrepeso, diabetes, algunos tipos de cánceres, entre otras. Las porciones adecuadas de alimentos y comidas dependerán de las características de cada niño (edad, sexo, estatura y condición de salud), de sus actividades regulares (estudios escolares, actividad física y/o actividad extracurricular) y de sus condiciones sociales.

Aquí algunos tips que le aportarán en la sana alimentación de sus hijos:

  • *Consumir mayor cantidad de frutas y verduras frescos, cereales integrales, carnes con poca grasa y aceites saludables en 5 pequeñas comidas al día.
  • *Incrementar el consumo de agua y fibra diariamente.
  • *Reducir al mínimo los jugos procesados, los refrescos, los dulces y la comida rápida.
  • *Comer en un horario estable y masticar bien y despacio los alimentos para ayudar al cerebro a identificar cuando ha sido suficiente comida.
  • *Dormir adecuadamente, realizar actividades placenteras, de recreación que reduzcan el estrés y la ansiedad por comer.
  • *Realizar algún tipo de actividad física y/o deporte para fortalecer el sistema digestivo.

Cesarina Minier

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