Todos los seres humanos nos desarrollamos por etapas, experimentando una serie de cambios y transformaciones.
El proceso de adaptación, cuando un bebé nace es para todos, es por eso que quisiera hoy compartir con ustedes la importancia que tiene el conocimiento y observación del bebé en cada una de sus etapas.
Hay que reconocer que la única manera que tienen de comunicarse con el mundo exterior es a través del llanto, es por eso que se hace tan importante que aprendamos a escuchar la intensidad, la duración y las características de cada tipo de llanto, así como sus manifestaciones físicas, las cuales son de manera diferentes, al igual que sus pedidos de respuestas, para que las necesidades sean resueltas de manera más rápida y efectiva.
A continuación les daré a conocer algunos tipos de llanto y cuando realmente nos debemos preocupar, porque padres recuerden que llorar es normal…….
-Llanto de Hambre: Es un grito alto, fuerte y muy exigente, al principio no es muy intenso pero va incrementándose y haciéndose más seguido. (Por lo general el bebé se golpea la mejilla o la oreja buscando algo, se muerde el puño o se chupa los dedos).
-Llanto de Cólicos: Comienza con un gemido agudo y largo y lo sigue una pausa en la que el bebé aguanta la respiración, comienza con jadeos cortos y luego vuelve a gritar (El bebé se estira y encoge las piernas y los brazos, se dobla hacia el estómago, el bebé se agita).
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-Llanto de Soledad: Suele comenzar con gorgoritos, que luego se transforman en quejidos de protesta, que cesan cuando se le carga o acurruca. Si no se le hace caso, el bebé termina sintiéndose solo y triste (Hace pequeñas muecas y mira con carita de angustias, llora bajo y por intervalos).
-Llanto de tensión: El bebé llora con mucha fuerza y no se consuela, ni con sus padres ni con la niñera a pesar de todo esfuerzo, para calmarlo, por lo general suele ocurrir en la tarde –noche y es consecuencia de que esté o muy cansado o sobre estimulado. (El bebé está muy inquieto, se puede golpear la cara, mueve la cabeza, las piernas).
Cuando debemos preocuparnos…
Cuando el bebé no llora o su llanto es parecido al de un gatito (en forma de quejido).
Cuando se acompaña de fiebre, vómitos, diarrea, erupciones en la piel, tiene la fontanela hundida, etc.
Artículo escrito por Yamira García, experta entrenadora de niñeras y cuidadores infantiles, licenciada en enfermería de la Universidad de La Habana, Cuba.
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